La confianza en tu mismo, la seguridad y la autoestima son, a menudo, trabajadas directa o indirectamente mediante los procesos de coaching. Con trabajo directo nos referimos a cuando una mujer directiva o mando intermedio tiene la meta de mejorar o aumentar cualquiera de ellas. Indirectamente sería cuando a lo largo de un proceso en el que la meta es otra como, por ejemplo, conciliar mejor, reducir estrés, mejorar el networking o delegar mejor, en una o varias sesiones, estos temas salen y son trabajados.
Es verdad que este tipo de objetivos aparecen más en mujeres que en hombres, tanto en coaching como en terapia psicológica, pero desde un punto de vista profesional basado en la experiencia y observación. No es porque las mujeres tengan en general menor nivel de autoestima que los hombres, sino porque fundamentalmente es debido a dos factores:
- Las mujeres suelen mostrar un mayor nivel de autorreflexión (pocos hombres se detienen a pensar, en sí, su nivel de autoestima o autoconfianza es algo que les limita en su vida cotidiana).
- Las mujeres tienden a desarrollar, con menor frecuencia, mecanismos de compensación contrafóbica, es decir, pasarse al otro extremo (por ejemplo mostrar prepotencia o agresividad para aparentar una seguridad y confianzas que en lo más íntimo no se sienten).
La mala noticia es que este tipo de metas se encuentran en la frontera entre psicología y coaching. Muchas veces sería necesario acompañar con una psicoterapia el proceso de coaching para una transformación más profunda. La buena noticia es que, con la edad, se va mejorando la autoconfianza pero muchas veces no se es consciente de esto hasta que un coach te plantea las preguntas adecuadas. Es como que tienes que actualizar tu autoconcepto, que se quedó estancado en otra época y al poner el foco en cómo eres ahora, descubres que la mayoría de tus comportamientos denotan una confianza en ti misma que no te habías dado cuenta de que ya tienes. Para un extremo, el otro y los grises del medio, el trabajo de la seguridad y la confianza en una misma pasa por:
- Descubrir las creencias que componen a este respecto la imagen que tienes de ti misma.
- Chequear si la imagen que tienes de tu nivel de autoestima, seguridad y confianza es realista y está actualizada.
- Entender cómo impacta en tu vida, sus consecuencias y sus ventajas (si las tiene o ha tenido alguna vez).
- Descubrir qué creencias mantienen una baja valoración de ti misma a pesar de tus logros. Esto es muy curioso porque aunque desde fuera puedas tener una carrera brillante y una vida personal realmente buena, se puede sentir que no es mérito propio, que es fruto del azar, las circunstancias, la suerte…
- Trabajar las creencias que se han detectado, el objetivo es flexibilizarlas, sembrar la duda razonable, para ver si se pueden admitir creencias más amables poco a poco y que nos faciliten la vida.
Seguiremos Informando…
