El pasado mes de octubre, el Padre Ángel recibía la donación de un millón de euros por parte de la mutua de profesionales sanitarios A.M.A. para que la ONG que preside, Mensajeros de la Paz, pudiera seguir prestando ayuda humanitaria a los refugiados sirios. Esta acción fue destacada en varias ocasiones por Diego Murillo, presidente de A.M.A., durante el discurso realizado con motivo de la celebración del 50 aniversario de la compañía. El doctor Murillo presumió de la solidaridad de sus mutualistas y de la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de A.M.A.
Saliéndose del guion, Diego Murillo desveló a los cientos de asistentes a la celebración de gala lo que ocurrió en su despacho el día en que el Padre Ángel acudió al Edificio Diego Murillo de Madrid para recoger el cheque con el donativo para los refugiados sirios procedente de los resultados de la compañía: “El día en que se iba a celebrar el acto de entrega del donativo, el Padre Ángel subió a mi despacho y me dijo: ‘Diego, mírame a los ojos; Ves que estoy llorando, pero lloro de alegría. Que dios te lo pague’. Aquella noche no dormí, soñé con todo ello, con aquellos profundos y húmedos ojos del Padre Ángel. Pero me levanté feliz porque aquella noche fue una de las más bonitas de mi vida”.
Antes de concluir su intervención, Diego Murillo invitó a pronunciar unas palabras al Padre Ángel, que hace unos años participó en la inauguración de la nueva sede de la mutua de los profesionales sanitarios y la bendijo. El presidente de Mensajeros de la Paz agradeció “esa donación inmensa” como lo hizo el día en que le fue comunicada la decisión de los miembros del Consejo de A.M.A.: “No puedo decir más palabras que gracias porque con esa donación más de 4 mil mujeres y niños han podido dejar de tiritar de frío”. El Padre Ángel aprovechó para lanzar una petición a los Gobiernos: “No es posible que sigan esperando más tiempo para acoger a los refugiados”.
El ginecólogo Bartolomé Beltrán, encargado de conducir el evento, resaltó también la solidaridad de Diego Murillo en un esfuerzo por honrar a su persona: “Con su capacidad de liderazgo con todos los miembros del Consejo asistimos a un hecho que se produjo cuando se le encogió el corazón cuando vio las imágenes en televisión de aquellos niños corriendo de las manos de sus padres para alcanzar la libertad”.
Bartolomé Beltrán describió lo que propuso Diego Murillo a su llegada a la sede de A.M.A.: “Diego Murilo llegó, como al principio de cada semana del año a este edificio y dijo que esas escenas clamaban al cielo. A su juicio, ante esta situación, matizó: ‘Nadie debería permanecer impasible’. Entonces, quiso abrir una cuenta solidaria, cosa que le honra. Entregó el donativo más alto de su Historia”.
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