El diario digital El Confidencial está en venta. La sentencia suena dura pero responde a la necesidad de su dueño José Antonio Sánchez Totoyo de conseguir un socio capitalista que dé músculo financiero a la cabecera en estos momentos con un plan de crecimiento estancado por falta de financiación. Sánchez se ha dedicado los cuatro últimos años a estabilizar la estructura del periódico tras la traumática salida de Jesús Cacho en 2011 y es ahora cuando necesita urgentemente dar entrada a nuevos socios.
Precisamente tras la salida de Cacho, Totoyo fue el principal beneficiado en el reparto empresarial. En 2011 y antes de la ruptura Sánchez sólo poseía el 20% de Titania (empresa editora de El Confidencial) frente al 30% de Cacho, el 20% de Juan Perea, el 12% de Pedro Pérez y 4,5% de Antonio Casado y el 4,5% de Alberto Artero McCoy. El reparto accionarial de 2011 lo cerraba una sociedad externa de publicidad (NCA Asociados) con un 9%.
De acuerdo a esta composición accionarial la salida de Cacho se habría producido –además de sus diferencias y las presiones de compañías anunciantes- gracias a que Totoyo logró el apoyo del resto de los accionistas para poder sacarle de la gestión y finalmente apartarle de la empresa. Cuatro años después el control lo tiene Totoyo con un 43,2% de la sociedad mediante la compañía AVEMA XXI 2 SL compartido con Juan Perea que mantiene el 15,4% gracias a su sociedad AVEMA XXI SL.
Como vemos los mismos fundadores que han logrado concentrar el poder –el 58% del capital- siguen teniendo el control de la compañía, pero no es suficiente. Ninguno de los dos tiene más músculo –ni más dinero- para seguir engordando la máquina de El Confidencial, uno de los diarios digitales con los mayores gastos del sector. El último informe de registro mercantil indica que los gastos de personal de 2014 fueron de 4,3 millones de euros con gastos de explotación corrientes de 910.000 euros.
Es verdad que la facturación de la compañía es 8,3 millones de euros y que los beneficios de 2014 fueron de 914.000 euros, pero no queda mayor margen de crecimiento con los actuales recursos que tiene la compañía. Totoyo ha hecho un ejercicio de introspección y ha llegado a la conclusión que su hijo ya no puede caminar bajo su tutela y que es necesaria la llegada de nuevos inversores y de la venta de El Confidencial.
Es por ello que desde hace algunos meses están peinando el mercado en busca de estos socios de referencia y han mantenido diversas reuniones con ejecutivos y dueños de fondos de inversión. De momento no hay nada resuelto a la espera de llegada de ofertas que satisfagan a Sánchez y que cambien el rumbo de la cabecera en Internet.
Seguiremos Informando…