La cocina se ha convertido en la gran protagonista del espacio de entrevistas que emite cada miércoles el ente público. Han sido muchos los invitados, como el periodista Carlos Herrera, el torero Manuel Díaz El Cordobés o hasta dos de los candidatos a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, los que han mostrado su lado más personal entre fogones, cazos y sartenes. Y como ya era hora que un profesional visitará la tan famosa estancia, Bertín Osborne intenta el más difícil todavía abriendo las puertas de En la tuya o en la mía a los cocineros Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera, jurado de MasterChef y MasterChef Junior, que estrenó su tercera edición el pasado 1 de diciembre.
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El primero en llegar a casa de Bertín ha sido Pepe Rodríguez, que ha recordado su niñez en el pueblo toledano de Illescas. Se crió en la barra de un bar, por lo que la cocina le viene de familia. “Mi madre era la señorita del pueblo y mi padre quiso ser torero, pero finalmente decidieron montar un bar” aclara el chef. También habló de su madre, “que sacó fuerza de donde no había y es donde me gustaría mirarme” y se entristece al recordar que el mismo día que daba las campanas en TVE, su madre tuvo una caída y no pudo verle por televisión. “Yo sabía que no salía de esa” y su muerte coincidió con la grabación de la final de MasterChef Junior.
El jurado de MasterChef descubre que con 22 años, “me metí en la cocina por obligación, sin tener ni idea, ni gustarme” porque su hermano y él eran muy malos estudiantes y decidieron trabajar en el negocio familiar. “Tuve la suerte de aparecer en la cocina en un momento clave, cuando estaba en ebullición la alta cocina” hasta el punto de tener un club de fans. “Los cocineros hemos tomado el poder mundial” y de casualidad llegó MasterChef que “es un regalo y debería yo pagar por hacerlo”. Le gusta estar en la cocina y antes de entrar en la tele, “ya había renunciado a mi vida familiar porque no la conciliaba” y sólo libra 30 días en agosto, “para poder hacer con mi familia lo que no puedo hacer el resto del tiempo”.
Bertín y Pepe han sido interrumpidos por la llegada de Jordi Cruz, que con siete años comenzó a reproducir platos como “judías con patatas que le hacía a su padre”. Es el más pequeño de seís hermanos y era un pésimo estudiante, ya que “andaba muy perdido y era llamador de atención profesional”, mientras cuenta alguna de sus gamberradas. Habló de su padre, “una persona con un carácter duro al que no le resultaba fácil decir ‘te quiero’”. Pero sabe que estaba muy orgulloso de él y se alegró de haber cerrado el círculo cuando murió de alzheimer. La noche que falleció “le dije te quiero y me quedé en paz”.
“De presunto delincuente pasé a tener una estrella Michelín” con tan sólo 24 años cuenta el más joven de los cocineros de MasterChef. Cuando “te dan una estrella es un honor, pero también te la pueden quitar” que es lo que más puede doler comenta el cocinero catalán. Se pasó más de diez años trabajando mientras sus amigos “salían de copas”. Tiene tres restaurantes y “voy camino del cuarto”. Admitió que salir en la televisión puede ser un arma de doble filo, ya que “tiene su parte buena pero también te puede emborrachar”. Ya con dos estrellas Michelín, también ha tenido tiempo de aceptar el reto de la revista Men´s Health y durante un tiempo se le relacionó con su compañera Eva González, “al principio me hizo gracia, pero al final se fue de las manos”.
Y la última en aparecer ha sido Samantha Vallejo-Nágera, que tiene una empresa de catering desde hace 20 años con el nombre de Samantha Spain. Contó de donde viene ese nombre, ya que “cuando tenía 20 años me fui a Londres de au pair y me ganaba el dinero cocinando en las casas”. Como su apellido era muy largo, todo el mundo la conocía como Samantha España. Es la mediana de tres hermanos y en su familia “hay un psiquiatra y luego los ‘loquitos’”. Comenzó en la cocina a raíz de que le regalasen de “un libro con una receta de brazo de gitano que hice durante años”.
Estudió durante un año en una escuela francesa y después “cogí una maleta y me fui a Nueva York, donde empecé a hacer paellas a domicilio”. Criticada en MasterChef por ser muy formal, admite que “cuando estoy trabajando soy muy seria, aunque me encanta ser simpática con mis empleados hasta que se pasan”. Su familia lleva bien su popularidad y reconoce que su marido “es imposible que me eche una flor”. Tiene cuatro hijos y babea al hablar de Roscón, su niño con síndrome de Down que nació en la víspera de Reyes y “le ha aportado mucho”. Además menciona a Paulina Rubio, exmujer de su hermano Colate y madre de su sobrino Nico, que “se lleva genial con mis dos pequeños”.
Llegó la hora de que los tres cocineros den a conocer sus platos. Pepe Rodríguez ha cocinado gachas, Jordi Cruz ha preparado ostras dulces con lulo y Samantha Vallejo-Nágera su famosa tarta de obleas. Con la ayuda de su hijo Carlitos, Bertín ha recuperado para En la tuya o en la mía el conocido ‘león come gamba’, que supuso la expulsión de un concursante de MasterChef y como explicó Pepe, “el chico se equivocó al hacer una ‘frikada’”. Los chefs han hablado de cómo es su relación durante el talent culinario y se han planteado si se presentarían a un concurso culinario. Jordi lo hizo en su momento, mientras que a Pepe le salió tan mal “que dije ‘nunca más’”.
En la tuya o en la mía continúa con la tradición del duelo del futbolín, alrededor del cual los invitados se sinceran. Pepe, Samantha y Bertín se enfrentan al único culé de los tres, que es arrollado a preguntas por sus compañeros. Pero logra meter algún gol que revela que Samantha se liaría con Pepe si estuviera muy ‘piripi’ y que a Pepe “le gustan maduritas”. Entre sus tiros a puerta, Jordi confirmó que no hubo retoques en su portada, retando a Bertín a aceptar el desafío de Men´s Health. Finalmente, Pepe descubre que el cocinero catalán nunca paga y que “le debe comidas a todo el equipo”.
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