Luiz Manoel De Souza es la octava víctima de la ola de asesinatos que sufren los periodistas en Brasil este año. De Souza, de 48 años, fue ultimado el 7 de diciembre en una zona rural de Ubá, en la ciudad de Minas Gerais por un grupo de hombres a bordo de un camión. La muerte del locutor ocurre dos días después de que su amigo Fausto Teixeira da Silva Júnior fue asesinado a tiros, por lo que la policía está investigando si ambos crímenes están relacionados.
Luiz Manoel de Souza trabajaba en las estaciones Rádio Cultura VRB en Visconde do Rio Branco y en Rádio Educadora FM 94.5 en Ubá. Además era maestro de ceremonias en eventos de la zona. Uno de los diarios de la ciudad llamado Ubá em Pauta, lo definen como “un reconocido locutor de radio en toda la región que con voz distintiva y un estilo crítico y polémico, dejó su marca en la comunicación”.
Según las autoridades, mientras el periodista se encontraba en su coche fue confrontado por hombres que viajaban en un camión, quienes dispararon contra el vehículo y sus neumáticos, obligando a De Souza a huir hacia una zona boscosa, en donde finalmente le dispararon. Para la policía el homicidio puede deberse o a un crimen pasional o por unas acusaciones de irregularidades que el locutor denunció en la radio. “Entre las denuncias que el periodista radial presentaba, muchas estaban relacionadas con cuestiones de incumplimiento de la legislación ambiental”, revelaba el diario citado anteriormente.
Esta última versión es la más defendida por conocidos y familiares del periodista. Muchos de ellos señalan que De Souza estaba siendo presionado por los comentarios que hacía al aire. De hecho, el 2 de diciembre el locutor escribió en su página de Facebook un mensaje que decía: “Amigos y oyentes, a veces me preocupa mucho la crítica de mi trabajo, sobre todo de la manera en que informo sobre los hechos o de mi opinión sobre los diversos temas que llegan. ¿Quieren saber? No me importa, yo no nací para someterme a un cabestro o agacharme ante la inacción o la incompetencia de nadie. Voy a repetir esto al puñado de críticos acérrimos que no quieren o no les gusta oírme, es simple: cambien de estación de radio, no esperen a que esté a conveniencia de su ira y falta de amor con los menos favorecidos”.
Como ha pasado con los otros periodistas brasileños asesinados, los organismos internacionales han mostrado su condena y preocupación y exigen a las autoridades competentes una investigación seria y responsable que concluya con el apresamiento de los culpables.
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