Los últimos datos del EGM conocidos a comienzos de mes no han dado margen a la duda: Radio Intereconomía está quemando sus últimos cartuchos para intentar sobrevivir en un Grupo que tiene poca vida por delante. La emisora siempre ha sido la más perjudicada con las políticas desesperadas y los impagos de Julio Ariza y hoy emite en mínimos, casi sin plantilla y desconectada de casi todos sus postes fuera de Madrid por impagos.
Intereconomía registró una audiencia de 42.000 oyentes en la tercera oleada de diciembre que se comparan negativamente con los 49.000 registrados en verano pasado. Estamos hablando de una caída del 14,3% en este periodo. Ha sido un periodo además en que los problemas han vuelto con fuerza al Grupo. Con retrasos en los pagos de más de quince días, la empresa intervenida por un Administrador Concursal que no hace nada y el fantasma de nuevos despidos, Radio Intereconomía intenta sobrevivir.
La plantilla está en mínimos con un puñado de redactores que intentan cumplir con la delicada papeleta de sacar adelante todos los días una programación de más de diez horas. Una parrilla que cada vez llega a menos hogares. En menos de un año han comenzado a dase de baja todas sus emisoras asociadas por falta de pagos. De esta manera ha desaparecido completamente la red de cadenas que llegó a tener en su momento y les dio vidilla en el panorama radiofónico.
Recordemos que Radio Intereconomía fue el germen de Intereconomía TV que comenzó sus emisiones en 2005 tras comprar Expansión TV. Ariza realizó la inversión televisión precisamente gracias al éxito de audiencias de Radio Intereconmomía que se hizo un espacio como cadena temática económica. No obstante, la pujanza de esa época con grandes voces y rostros reconocidos del panorama económico han dado paso al equipo actual, con muchas ganas pero recursos casi inexistentes.
En muchas ocasiones Julio Ariza se ha planteado cerrar la emisora como hizo con la Gaceta de los Negocios en papel, pero los bajos costes de la plantilla –que ni siquiera les pagan puntualmente- le han hecho mantener la apuesta a pesar de que probablemente las cosas no mejoren ni el mediano ni largo plazo.
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