Este fin de semana los directivos de RTVE estarán muy atentos a las Elecciones Generales y no sólo por la importante cobertura informativa que realizará TVE y RNE sino porque en estos comicios se juega buena parte de su futuro al frente de la Corporación. Todo depende del resultado electoral del 20D. Si el PP obtiene mayoría absoluta se ratifica automáticamente la actual estructura con José Antonio Sánchez a la cabeza. Pero cualquier otro escenario complica seriamente su continuidad.
Las últimas encuestas publicadas por todos los medios de Comunicación indican que el PP ganaría las Elecciones Generales sin mayoría absoluta, lo que les obligaría a negociarlo todo para su investidura, entre lo que se encuentra el control de la cadena pública y el nombramiento de los directivos. José Antonio Sánchez disfruta de un mandato de tres años al que le quedan al menos dos cursos, pero esto no es garantía de continuidad tras las Elecciones. En octubre todos los Grupos parlamentarios –incluyendo al PSOE, Ciudadanos y Podemos- votaron a favor de recuperar el consenso en la designación del Consejo y del Presidente de la Corporación RTVE.
Esto significa volver a la designación consensuada de este órgano con dos tercios del Congreso que implantó Zapatero y que rigió hasta el año 2012. En julio de 2011 y tras fracasar el acuerdo para encontrar un sustituto para el renunciado Alberto Oliart, el PP decidió cambiar la Ley e implantar una segunda votación en la que se imponía la mayoría absoluta. Con esta modalidad designaron a Leopoldo González-Echenique y a José Antonio Sánchez.
En este sentido es muy difícil que tras las elecciones los grupos políticos –PSOE, Ciudadanos y Podemos- quieran mantener en RTVE a un Presidente que no se haya elegido con el sistema de elección que quieren cambiar, lo que garantizaría un rápido relevo de Sánchez. La situación es compleja para el PP ya que incluso si logra que no se modifique la Ley tampoco le valdría su mayoría simple para aprobar en segunda votación un candidato que no hayan consensuado.
Esto no sólo significaría la salida de Sánchez sino que prácticamente de casi todo su equipo. Los directores de TVE José Ramón Díez y de RNE Anfonso Nasarre dejarían sus puestos ‘de confianza’ del Presidente, al igual que los de director Corporativo actualmente en manos de Manuel Ventero. Otro de los que se marcharía en el caso de que no se renueve a Sánchez sería el director de Servicios Informativos José Antonio Álvarez Gundín, hombre de absoluta confianza del actual Presidente.
De cumplirse estos pronósticos del 20D y asumiendo que la negociación por buscar un sustituto de Sánchez puede ser larga y ardua, estamos ante una nueva parálisis de RTVE que nos remite a 2011 tras la salida de Alberto Oliart en la que todas las compras y renovaciones de programas se paralizaron y la cadena sin liderazgo perdió muchos puntos de audiencia. En esta oportunidad Sànchez debe estar al menos otros dos años en RTVE mientras no se le encuentre sustituto y a pesar de que se le interpele, lo que le dejaría en una situación de ‘interinidad’ que le ata de manos en la toma de decisiones estratégicas.
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