Sigo diciendo que no me gusta hablar de política, pero los acontecimientos empujan. He leído el artículo de Enrique de Diego, sin comentarios…
El bronco y desacertado debate entre Rajoy y Sánchéz (con dos acentos), fue seguido por una media de 9,7 millones de espectadores, y el resultado, aún con las ‘macarradas’ de Sánchez, como diría Soraya, no varió la percepción de que los populares van a ganar en las elecciones del domingo.
El debate a dos, que no a siete, que sería lo suyo, ¿o no? O de dos en dos, cruzados para ver a todos… imposible estamos en una democracia con cojera mental. La Junta Electoral Central no deja que se publiquen encuestas, el debate debía haber sido otro día, pero todo está medido, elegido y manipulado convenientemente.
Al terminar el debate, las Redes se llenaron de comentarios partidarios, y todo quedó como estaba. Aunque los peperos demostraron que todavía están más que verdes en estas lides. Y ahora me asalta una duda: ¿cómo me entero de quién está más arriba? Jajajajaja, un buen amigo me dice que mire en las apuestas, en las empresas de apuestas… ¡De risa!
Pues a buscar… La empresa gallega Luckia parece tener claro que el Partido Popular ganará con una distancia de más de un cuerpo sobre el segundo aspirante. La victoria de Rajoy, después del debate a dos, se paga a 1,15 euros, y si gana Pedro se pagará a 3,50 la apuesta…
De los emergentes, los apostantes tienen sus serias dudas A Albert Rivera, que es el tercero en discordia lo pagan a 5 euros, y la falsa remontada de Podemos coloca a Pablo Iglesias entre los 12 y los 14 euros. O sea que Podemos no gana, o eso dicen los apostantes de esta casa gallega.
Los populares han propuesto un pacto a Ciudadanos por lo bajini, o eso cuentan, y esta posibilidad ha descendido de 1,90 a 1,65 euros, lo que la hace ‘creíble’. En el otro extremo se coloca la posibilidad de pacto PSOE, Podemos, que mantiene su apuesta en 2,10 euros por euro invertido, perdón, apostado. Y si hablamos de pacto entre Sánchez y Rivera la apuesta se paga a 3,75.
Ya veremos, pero de momento es lo que nos queda.
Me marcho que el loquero me ha mandado a descansar.
Besos a los míos.
