Faltan sólo cinco días para que la puerta de Gran Hermano se abra por última vez y Mercedes Milá reciba al ganador de esta decimosexta edición. La noche de ayer acabó con las esperanzas de Han, uno de los claros protagonistas de la edición que no ha pasado inadvertido para nadie y que se convirtió en una de las estrellas de la noche y de la edición. Su relación con Aritz y las especulaciones de que el asiático y él sean pareja han avivado el fuego durante los tres meses que han permanecido en la casa y han eclipsado su entrevista en plató.
La estrategia que tanto Han como Aritz han mantenido dentro de la casa y la duda de si se conocían o no antes de entrar en la casa ha sido el hilo conductor de una noche que ha devuelto las alegrías a Gran Hermano en cuanto a audiencias se refiere. Esta edición no pasará a la historia por la polémica ni por los romances, de hecho ha sido bastante neutra. Quizás por eso, el programa de Telecinco ha tenido que esperar a que se anuncien los tres finalistas de este año (Aritz, Nietziela y Sofía) para acercarse a sus mejores datos.
Con su semifinal y a falta de menos de una semana para despedir el programa Gran Hermano logró un share de 24,4% de share, superando los tres millones de espectadores. Fue el mejor dato de la noche de los jueves desde el día del estreno de GH16, cuando alcanzó 3,4 millones de espectadores y una cuota de pantalla de 24,8%.
El adiós de Han deja tres finalistas en Gran Hermano 16
Con la salida de Han y después de tres meses dentro de la casa, sólo quedan tres: Aritz, Nietziela o Sofía van a quedarse con el maletín de ganador que supone 300.000 euros. Cinco días les separan de la gran noche, que promete sorpresas. No ha sido un paseo fácil para ninguno de los tres y prueba de ellos han sido los cara a cara a los que han tenido que enfrentarse. Los debates con sus compañeros y los temas más polémicos han sido otro de los grandes alicientes, con Suso y Sofía como los más esperados: la tensión entre los dos sigue vigente. Ambos se enfrentaron en una conversación llena de ironías y dardos envenenados, que volverán a retomarse tras la salida de la casa de Sofía.
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