Imagínense un mundo en el que las empresas tecnológicas sean totales, interconectadas, biológicas, estructurales y autónomas. En el que estas grandes compañías aprendan de sus experiencias y, a no ser que se les solicite, no sean ni colaboradoras de los humanos ni sus compañeras. “Harán lo que tengan que hacer y punto. Tomando el símil en su contexto, pienso en un entorno semejante a un Skynet-bueno. Otra cosa será que se vaya más allá y se diseñe y construya tecnología con capacidades emocionales”, señala a prnoticias Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica en IQS School of Management de la Universidad Ramon Llull de Barcelona.
A lo que Roberto Espinosa Blanco, Managing Partner Madrid de Lead to Change, añade que “creo que vamos a ir olvidándonos pronto del concepto de tecnológicas. Todas las empresas exitosas serán tecnológicas en el sentido de que la tecnología será la base del negocio. Pero diría más, las empresas más exitosas serán innovadoras. Esto tiene un importante matiz, no serán tecnológicas por la tecnología, no tendrán la tecnología en el centro de todo, sino que tendrán al cliente en el centro de lo que hacen. En este sentido, estas empresas innovadoras serán mucho más abiertas de lo que estamos acostumbrados. Mucha de la innovación pasará fuera de la empresa, y los que sepan mejor gestionar esa transferencia serán los ganadores, porque serán los más rápidos”.
Estos dos expertos han querido analizar para prnoticias cómo será el mundo de las tecnológicas en 2050, tratando de dibujar un panorama posible en el que las compañías tecnológicas del hoy serán las que copen todos o casi todos los sectores económicos del mañana. Adelantarse al futuro es muy difícil, y teniendo en cuenta la evolución del sector de la tecnología todavía más. Por eso, desde su experiencia, tanto Santiago Niño Becerra como Roberto Espinosa Blanco han intentado dilucidar qué será de las grandes compañías del sector en este contexto, si desaparecerán o cómo evolucionarán, cómo deben adaptarse las actuales a ese futuro o cuáles serán los sectores más beneficiados, entre otras cuestiones.
Las tecnológicas en 2035: ¿Tenía razón Daniel Franklin?
Daniel Franklin, editor jefe de ‘The Enonomist’, planteaba en 2012 el escenario de las tecnológicas dos décadas después, asegurando que la primera empresa del planeta en 2035 sería Exxon-Hydro, que había surgido de la fusión de la petrolera ExxonMobil y la compañía de energías renovables Norsk Hydro; que la india Tata adquiriría Microsoft, convirtiéndose en Tatasoft; o que Google acabaría reconvirtiendo su negocio al bancario, creando el nuevo imperio Goldman Sachs Google. Un ejercicio de “economía-ficción”, como lo denomina Roberto Espinosa, que añade que “la realidad nos dice que si miramos la lista de las mayores empresas de este año y la comparamos con la de hace diez años, sólo poco más de la mitad sigue en la lista. Por varios motivos, como la irrupción de empresas de países emergentes y el crecimiento de los gigantes tecnológicos”. Este economista apasionado por la tecnología y la gestión empresarial cree, además, que la Ley de Moore, junto con la globalización, acelerará esta tendencia con total probabilidad y pronostica que en la lista de las mayores empresas del 2035 “es muy probable que haya menos de la mitad de las que ahora están”.
Por su parte, el catedrático Santiago Niño no se atreve a hablar con tanto detalle de un escenario tecnológico a 20 años vista, pero de lo que sí está convencido es que se está tendiendo “hacia la concentración horizontal de actividades en corporaciones gigantescas con ramificaciones en entornos financieros y con extensión global. Es decir, pienso que no será que Tata adquiera Microsoft, es que en el planeta habrán dos o tres corporaciones que diseñarán todo lo relacionado con ‘elementos de trasporte’, sea lo que sea que se transporte y sea cual sea la manera en la que se transporte”.
Asimismo, Niño agrega que “tal y como las hemos conocido, probablemente” será el fin de las grandes compañías tecnológicas, que “vivirán a otro nivel”. Mientras que Espinosa opina que “las economías de escala que vimos en la Revolución Industrial vuelven a jugar un papel importante en cuanto a capacidad de desarrollo, atracción de talento y disponibilidad de capital. Eso no significa que vayamos a dejar de ver startups de crecimiento explosivo, muy al contrario, la diferencia será que veremos cómo los grandes estarán muy activos en la compra de esas startups como forma de incorporar innovación rápida a la casa”.
¿Cómo deben adaptarse las tecnológicas?
Dentro de este panorama que se presenta a las actuales grandes compañías tecnológicas, Santiago Niño afirma que deben adaptarse “reorientando sus actividades”, mientras que Roberto Espinosa opina que la clave está en la “innovación”. Muchas de ellas ya están siguiendo estos consejos, reorientando sus actividades “de forma continuada y permanente, y desprendiéndose de negocios que consideran no estratégicos e introduciéndose en otras áreas”, asegura Niño. Y deberán ver que “la planificación como la entendíamos hasta ahora no funciona. Están pasando demasiadas cosas como para que una empresa se plantee acertar siempre en las decisiones sobre el futuro y desarrollar las soluciones tecnológicas adecuadas a tiempo. Por eso una característica fundamental de las empresas exitosas será el de la permeabilidad a las buenas ideas, tecnologías y tendencias externas”, agrega Espinosa.
El mundo en 2050
Ambos expertos vaticinan un mundo dominado por clusters de actividad y talento, mucho talento. “El capital se mueve con mucha facilidad, y el talento, aunque no tanto, es mucho más móvil que hace pocos años. En esta nueva realidad, lo verdaderamente diferencial será el talento. Así que los que consigan generar y atraer más, serán los que tengan la carta ganadora. El talento atrae talento”, identifica el Managing Partner Madrid de Lead to Change. Santiago Niño, además, piensa “en áreas a caballo de varios países y de áreas dentro de países. Clusters de actividad. No obstante, países de tamaño reducido y alta productividad como Dinamarca, Holanda y zonas con un sentido nacional muy fuerte, como Flandes, pienso que tendrán proyección. Al igual que Japón”.
Gracias a esta evolución de las tecnológicas, los sectores más beneficiados por este nuevo panorama serán, en palabras del catedrático de Estructura Económica en IQS School of Management de la Universidad Ramon Llull de Barcelona, “todos. Esa es la característica commodity de la tecnología: que un principio básico, por usar un término farmacéutico, puede ser, convenientemente adaptado, usado, empleado en diversos ámbitos, tanto en lo que se refiere al hardware, al software o al wetware. Esas versatilidad y flexibilidad están favoreciendo y favorecerán su expansión, una expansión que será mucho más rápida que la capacidad de absorción por parte de la media de la población”.
“Creo que en los próximos años los sectores que más van a cambiar son por los que internet y la digitalización pasaron de puntillas. No es un sector muy sexy, pero la agricultura está entrando en una verdadera revolución. En diez años no reconoceremos a los agricultores. Lo mismo está pasando en el retail tradicional, el de ladrillo. Otro sector del que se habla mucho es el de salud. Sin duda, veremos medicamentos revolucionarios, pero aún no hemos visto grandes cambios en cuánto a cómo se practica la medicina, y ahí habrá también enormes saltos”, complementa Espinosa al hablar sobre los sectores más beneficiados por este cambio en las tecnológicas.
Tecnológicas ‘con nombre y apellidos’
Pero, ¿cómo serán Facebook, Twitter, Google, Microsoft o Apple, entre otras grandes tecnológicas, en 2050? “Curiosamente, ninguna de esas empresas estaba hace diez años en la lista de las mayores empresas del mundo. Y la que sí que está y sigue estando es IBM. Creo que todas ellas (quitando Twitter) están muy bien posicionadas para aprovechar las próximas olas de innovación tecnológica, sobre todo en todo lo que tiene que ver con la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el big data. Hay otras áreas que son menos centrales para ellos y, aunque sin duda también jugarán un papel, es probable que veamos a otros jugadores con un papel principal, como la biotecnología, la robótica o el espacio”, responde Roberto Espinosa. “Puede que se dividan y los fragmentos resultantes de esa división se unan con otros fragmentos producto de otras divisiones. O puede que se integren con otros elementos para dar lugar a corporaciones aún mayores”, concluye Santiago Niño Becerra. Acierten o no estos expertos en economía y tecnología, de lo que no cabe duda es de que el futuro de las tecnológicas se presenta, por supuesto, apasionante.
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