Juan Carlos Rubio lleva unos años siendo un nombre imprescindible en la cartelera teatral española (y en el extranjero, donde también se le representa y se le premia); bien como director o como autor y, en ocasiones, combinando ambas facetas. También lo hace como adaptador. De hecho, los montajes que llevan su firma se multiplican y coinciden en cartelera. En la actualidad, hay hasta seis funciones girando por España (y una más a punto de estrenarse: la reposición de Humo) en las que Juan Carlos Rubio aparece en el programa de mano. Hablamos de títulos tan diversos como Páncreas, El Príncipe o Iba en serio, el debut como actor de Jorge Javier Vázquez.
Juan Carlos Rubio empezó en la profesión como actor, compartiendo escena como compañeros de la talla de Amparo Rivelles, Nati Mistral, Carlos Ballesteros, Encarna Paso o Vicente Parra, aunque siempre tuvo claro que lo que más le gustaba era escribir. Esperanza Roy aceptó protagonizar una obra que Juan Carlos había escrito pensando en ella y, así, debutó como autor con Esta noche no estoy para nadie, aunque ya había ejercido de guionista en series como Farmacia de guardia, Pepe y Pepa o Más que amigos.
Ya había obtenido galardones en España y en el extranjero como autor, cuando Juan Luis Galiardo le invitó a dirigir uno de sus textos, Humo, iniciando de ese modo su prolífica carrera como director. Otros créditos de Juan Carlos Rubio incluyen una nominación al Goya por el guión de Retorno a Hansala (escrito junto a Chus Gutiérrez) o la Biznaga de Plata al mejor guión por Bon Apétitt (premio compartido con Paco Cabezas y David Pinillos). La adaptación de El Príncipe, de Maquiavelo, que Juan Carlos Rubio presentó hace unos meses (en la que dirige a un pletórico Fernando Cayo) está siendo un éxito por todas las plazas que va recorriendo, algo insólito si se tiene en cuenta el contenido puramente político, tomado de los tratados teóricos del autor italiano. Pero, sin duda, el montaje que más está dando que hablar es Iba en serio, generador de polémica por donde quiera que pasa (y reventador de taquillas, todo hay que decirlo) que en la actualidad puede verse en el Teatro Compac Gran Vía de Madrid.
Juan Carlos Rubio, que se ha mantenido callado durante bastante tiempo, no duda en defender el trabajo de toda la compañía y reclamar que hablen sobre la función aquellos que la vean, no los que prejuzgan o hablan de cuestiones extra teatrales. Afirma que nunca tuvo dudas de implicarse en el proyecto y que fue él quien metió el gusanillo del teatro en el ánimo de Jorge Javier Vázquez cuando necesitó una voz muy reconocible para uno de sus montajes y la propia Kiti Mánver se lo recomendó. Además de continuar las giras de Páncreas, Iba en serio y El Príncipe, 2016 se inicia para Juan Carlos Rubio con una celebración muy especial: la despedida de Las heridas del viento en el Teatro Lara, en una única función con Kiti Mánver y Daniel Muriel el próximo 11 de enero.
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