¡Ya llegó el 2016! Para algunos de nosotros parece que el tiempo pasa volando mientras que para otros la sensación es completamente distinta. Sea como sea, aquí estamos en una nueva etapa, en un nuevo año. Es muy común que hagamos un repaso de lo que ha pasado e, inmediatamente después, comencemos a pensar en una lista de propósitos que nos gustaría realizar o quizás una lista de objetivos y metas para este año que comienza. Los gimnasios suelen ‘ponerse las botas’ en esta época. Muchas personas tratan de recuperar una buena figura haciendo ejercicio. Otros quieren dejar de fumar. Hay metas más profundas como ser mejores personas, más agradecidos, optimistas, o el tratar de tomarse la vida con más tranquilidad.
Otro propósito, más que habitual, hace que las academias de idiomas hagan su agosto en Enero. Y es que, muchos nos proponemos aprender, por fin, un idioma o hacer un curso en concreto. Pero… ¿Qué suele pasar con todas estas propuestas y metas que nos ponemos? La verdad es que, en muchos casos, se quedan ahí y al año siguiente nos encontramos justamente en el mismo punto y con los mismas pretensiones. Por ello, quiero sugerir cuatro factores que considero claves a la hora de plantearse propósitos para el nuevo año:
1. Enfoque: A veces la razón por la que no tenemos éxito en nuestros nuevos propósitos es debido a un enfoque distorsionado o sencillamente influido por la época del año o la presión social, de pensamiento, que nos atrapa en estas fechas. En realidad esto tiene que ver con enfocarnos con el aquí y el ahora. Cualquier día puede ser el ideal para empezar de nuevo, dar un giro, o simplemente hacer una buena formulación de objetivos.
2. Motivación: ¿Qué es lo que nos mueve? ¿Qué es aquello que hace que cada mañana nos levantemos de la cama y queramos comernos el mundo? Sin una buena motivación, nuestros propósitos no serán más que humo que se lleva el aire. ¿Cuál es tu pasión?
3. Compromiso: Este es un pilar esencial para que un objetivo realmente se lleve a cabo. Si no estamos altamente comprometidos, nunca llegaremos a alcanzar lo que queremos y nuestros propósitos no serán más que mera ilusión, un deseo… ¡Algo que estaría genial hacer! En resumen: Un acto que difícilmente alcancemos.
4. Misión: Aquí vamos a profundizar un poco más. Nos metemos en un terreno más íntimo, porque es necesario desnudar el alma para conectar con nuestra esencia, con aquello a lo que realmente hemos sido llamados, con eso que cada uno de nosotros tenemos y que nos distingue de los demás. Porque somos especiales, únicos, diseñados cada uno de nosotros para algo muy específico y que nadie debería hacer por nosotros.
Seguiremos Informando…