Pedro Marín es un artista que ha cimentado su mito a fuerza de pelear contra esa consideración. Así, y tras ser encumbrado como ídolo de adolescentes en los años 80,gracias a temas como Aire o Que no, Marín se alejó del mundo de la música porque no se sentía cómodo y pensaba que la maquinaria industrial no le permitía desarrollarse ni expresarse como él quería. Dando rienda suelta a su creatividad a través de la pintura y volcado en intereses profesionales muy alejados de los estudios de grabación, en 2007 lanzó Pulpo negro, su primer álbum con canciones propias en veinte años. Un trabajo que sorprendió a propios y extraños y con el que obtuvo críticas sobresalientes.
Desde ese momento, Pedro Marín ha seguido investigando, innovando, dando muestras de una personalidad camaleónica y demostrando su versatilidad musical. Ganándose, por tanto, un prestigio que reafirma con cada nueva entrega, llámese ésta I Will Glam u Hombre mecánico, título del que es por el momento su último trabajo, aunque Pedro Marín explica, en su paso por Destino Wonderland, que lleva unos meses dando forma a un próximo proyecto que espera tener listo dentro de poco.
Artista multidisciplinar, Pedro Marín ha concebido y dirigido los videoclips que presentan, acompañan y completan sus nuevos temas, además de debutar como director de documentales con Las viudas invisibles, rodado en India, en el que aborda la problemática de las mujeres que enviudan en aquel país. Su unión con el productor Stefano Maccarrone en Hombre mecánico ha sacado a la luz el lado más luminoso de Pedro Marín (reconoce que cuando compone a solas se deja llevar por la oscuridad y no le importa descender a profundidades anímicas) y el artista está encantado con el cambio porque le ha permitido seguir explorando y creciendo. Además, confiesa que parte del desencanto y la frustración que le llevaron a alejarse de la música estuvo provocada por su falta de entendimiento con los productores, hecho que aún le hace valorar más lo que ha supuesto encontrar a alguien como Maccarrone.
Footlose fue una película que se sumó a la fiebre provocada por títulos como Fama o Grease, inspirada en unos sucesos reales ocurridos en una población de Oklahoma en la que se prohibió la música rock. Pablo Vilaboy nos recuerda algunas de las grandes canciones que, como en el caso de Holding Out for a Hero de Bonnie Tyler, llegaron a superar el propio éxito de la cinta dirigida con ritmo y precisión por Herbert Ross.
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