Poco de reality puro y duro y mucho de tertuliana del corazón. Así podría definirse el nuevo Gran Hermano VIP que se estrenaba en Telecinco la pasada semana. Si bien la versión del programa con famosos de mayor o menor postín era una extensión de Sálvame en sus anteriores ediciones, ahora simplemente se ha convertido en un Sálvame VIP. Lo más importante es el debate externo que se genera en torno a los conflictos de los concursantes y poco –por no decir nada- interesa su convivencia dentro de la casa de Guadalix de la Sierra. Apuntamos a continuación tan sólo cinco motivos que confirman dicha teoría.
1- Si miramos a las famosas gradas de Gran Hermano VIP no sabemos si estamos ante el programa conducido por Jorge Javier o ante la versión VIP del reality más longevo en nuestra televisión. Los colaboradores de Sálvame forman parte del concurso –con Rosa Benito a la cabeza- y también son el núcleo duro de los comentaristas de Gran Hermano VIP. Retroalimentación y trabajo extra para todos ellos durante los próximos meses.
2- El primer debate de Gran Hermano VIP que se emitió anoche fue una repetición del contenido de Sálvame Deluxe el viernes. Makoke fue la auténtica protagonista de la gran parte del programa ante todo lo que su hijastra Laura ha comentado sobre ella y su padre Kiko Matamoros. Nada apunta a que este escenario vaya a cambiar a medida que se vaya desarrollando el programa, es más, se espera que la polémica continúe en aumento por el ‘bien’ de la audiencia de Gran Hermano VIP.
3- Nadie escucha al de al lado y todos hablan a la vez. No hay manera de que el espectador se entere de muchos fragmentos de Gran Hermano VIP, porque al final igual que en Sálvame parece que existe una competición por ver quién grita más. Tengan paciencia si quieren entender los argumentos esgrimidos por colaboradores o defensores de los concursantes.
4- Nada de dar importancia a la convivencia y a los conflictos que puedan generarse dentro de la casa, lo único relevante para Gran Hermano VIP es comentar el pasado. Volver a aflorar las polémicas que rodean a cada uno de los concursantes VIP, motivos por los cuáles muchos de ellos han entrado en el reality.
5- Sandra Barneda intenta hacer el papel de Jorge Javier Vázquez o Jordi González, pero no lo consigue. La presentadora sigue sin estar cómoda en programas de esta índole y se le nota en muchas de sus intervenciones. Además, no logra ‘controlar’ a los colaboradores como sí lo hacen sus compañeros en Mediaset.
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