Con la llegada del otoño y hasta bien entrada la primavera, catarros y gripes son los responsables de que un buen número de niños no puedan ir al colegio y no pocos adultos tengan que ausentarse uno o varios días del trabajo. Catarro y gripe no son lo mismo, aunque tienden a confundirse, al fin y al cabo, es cierto que tienen mucho en común. El Dr. Fabio Massimo Chillotti, adjunto de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Torrelodones y responsable de su Unidad de Cuidados Domiciliarios (UCDo), explica que los catarros o resfriados comunes son un grupo heterogéneo de enfermedades causadas por numerosos tipos y cepas de virus: “Los más frecuentes son los rinovirus y el coronavirus. Tienen en común que producen la infección e inflamación del aparato respiratorio superior: nariz, garganta, tráquea, laringe, senos nasales y oído. La gripe, sin embargo, es una infección de las vías respiratorias causada por el virus influenza”. Ambas tienen en común que son enfermedades contagiosas. El contagio se produce a través del contacto directo con las secreciones respiratorias de los pacientes afectados, sobre todo en los primeros días. Las complicaciones más habituales en ambos casos son la bronquitis y la neumonía que, en determinados grupos de riesgo, pueden tener un pronóstico grave y llevar incluso a la muerte.
¿Por qué hay más gripe y resfriados en invierno?
En invierno, las tasas de incidencia de gripe y resfriados son muy superiores a las del verano. El Dr. Chillotti señala que “este fenómeno se debe tanto a las características ambientales de los virus como a las de nuestro sistema inmunitario. Estos virus son capaces de replicarse con la máxima eficacia a una temperatura de entre 33 y 35 grados centígrados, pero no logran reproducirse a una temperatura de más de 37, la misma que presenta el interior de nuestro cuerpo. La exposición al frío hace que la temperatura de las cavidades nasales baje, favoreciendo la replicación de los virus”. La segunda razón –continúa- consiste en una disminución del sistema defensivo contra virus y bacterias; el sistema inmunitario se ve afectado por los cambios de temperatura, incluso más que por la exposición prolongada al frío. Estas dos razones explican también el porqué, al igual que en invierno, hay una mayor incidencia en otoño y en primavera.
Diferencias entre gripe y catarro
En el caso de la gripe, la fiebre está presente en el 80% de los casos. Dura entre 3 y 4 días con una temperatura igual o superior a 38 grados. Otros síntomas son tos seca irritativa, muy frecuentemente dolores musculares, escalofríos, dolor de cabeza en el 80% de los casos y malestar severo en el pecho. Los síntomas como la fiebre y los dolores musculares aparecen de forma repentina. No es habitual el dolor de garganta ni la congestión nasal. Por el contrario, en el catarro los síntomas aparecen en varios días. Es muy común el dolor de garganta y la congestión nasal. No es habitual tener fiebre, los dolores musculares son leves y la tos es con flemas. Tampoco suele provocar dolor de cabeza ni escalofríos. El malestar en el pecho es moderado.
¿Cuándo hay que ir al médico?
La mayoría de la gente no necesita acudir al médico cuando tiene un resfriado o una gripe. Sin embargo, hay determinadas situaciones en las que, advierte el Dr. Chillotti, la visita es obligada:
-Dificultad respiratoria.
-Pacientes con riesgo: niños pequeños, embarazadas, ancianos, personas con enfermedades de base pulmonar o inmunodeprimidos.
-Expectoración de aspecto verdoso o sanguinolento.
-Tos que dura más de 10 días.
-Fiebre por encima de los 39.5º (39.3º si el niño es menor de 2 años).
-Fiebre de más de 4 días de duración.
Consejos para aliviar los síntomas
Más allá del tratamiento que el médico prescriba cuando sea necesario, se pueden aliviar los síntomas siguiendo estas recomendaciones:
-Seguir una dieta equilibrada rica en fruta y verdura.
-Protegerse del frío y de los cambios de temperatura.
-Beber en abundancia (zumos de fruta, agua, caldos).
-La instilación de suero fisiológico o agua de mar en las fosas nasales ayuda a eliminar la congestión (especialmente útil en niños pequeños).
-Descansar con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
-En caso de fiebre es aconsejable el reposo en cama, en una habitación fresca y aireada.
Consejos para prevenir gripe y catarros
-Evitar el contacto con las personas afectadas al menos durante los primeros 2-4 días del proceso.
-Lavarse las manos con frecuencia y utilizar pañuelos desechables.
-Evitar situaciones de aglomeración de gente en lugares cerrados.
-No fumar.
-Protegerse del frío y de los cambios de temperatura.
-La mejor prevención de la gripe es la vacunación.