Una de las consultas que más suele hacerse al experto en cirugía plástica es si las prótesis mamarias deben sustituirse con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que las prótesis mamarias han avanzado mucho en los últimos años, y que las que se implantan actualmente son de mayor calidad que las antiguas. Concretamente, los implantes de gel cohesivo de silicona tienen tres capas de seguridad rodeando la propia silicona, por lo que resulta mucho más difícil que se produzca una rotura. De hecho, actualmente estas prótesis se ponen pensando en que puedan durar toda la vida. El problema es que, aunque en principio estos materiales están preparados para durar muchísimos años, no ha pasado el tiempo suficiente, desde que comenzaron a utilizarse, para tener datos exactos respecto a su duración. Es por ello que la opción más recomendable es hacer un seguimiento para revisar de forma periódica los mismos.
“Aunque las prótesis actuales sean muy seguras, es importante hacer un seguimiento para detectar precozmente cualquier problema que pudiera surgir”, explican desde el equipo de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Vithas Nuestra Señora de América. En este sentido, “nosotros hacemos revisiones anuales de las prótesis mamarias implantadas, para ver si están bien posicionadas, o si se detectase algún desplazamiento, etc”. El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 12 hospitales y 13 centros monográficos especializados Vithas Salud.
Además de la revisiones con el cirujano, por supuesto, las mujeres deben realizarse sus revisiones ginecológicas anuales, en las que también se revisan las mamas, bien sea mediante ecografía en mujeres jóvenes o con mamografía en edades más avanzadas. También es importante aclarar a las pacientes que ambas pruebas pueden realizarse tras un aumento mamario, siempre que se informe al especialista de que se llevan estas prótesis.
Si bien la FDA recomendó en su momento cambiar las prótesis mamarias cada diez años, esta recomendación se hizo pensando en las prótesis antiguas. Lo que se recomienda actualmente pasados los diez años es realizar una revisión mediante prueba de imagen, bien sea una ecografía mamaria, o en algunos casos una resonancia magnética, “ya que es en la resonancia donde realmente se detectan las roturas intracapsulares de las prótesis”, apunta la doctora Teresa Távora.
Si bien el porcentaje de roturas con las nuevas prótesis es realmente bajo, muchas veces las pacientes deciden realizarse una cirugía de reemplazo para cambiar el tamaño de la prótesis, ya que seguramente con el paso de los años, el cuerpo de la paciente haya variado, y tenga nuevas necesidades.
Respecto a la propia cirugía en sí, la experta explica que “la intervención es muchísimo más sencilla que la primera operación, ya que se abre por la misma cicatriz y el bolsillo realmente ya está formado, por lo que es una cirugía rápida y nada traumática”.