EXCLUSIVA PR Ricardo Galli, todavía no se cree que su marcha de Menéame haya generado tanta atención. Y eso que, el que fuera propietario de la plataforma, está más que acostumbrado a lidiar con todo y contra todos. Quizás esta atención mediática de la que hablamos sea una de las causas por las que, hace unos meses tomase la decisión de abandonar y por lo que, ahora mismo, no lo eche de menos: “estaba ya cansado, desmotivado y, sobre todo, muy liado con la realización de software para empresas privadas. Además, Menéame necesitaba un empujón por parte de gente que tuviese más ganas”. Así, renunciar al sueño de su vida no ha sido fácil, aunque contar con el apoyo de su gente más cercana ha ayudado bastante: “Han entendido que estaba cansado. Vieron como le dediqué demasiadas horas estos 10 años, aunque es cierto que en las últimas fechas estaba más relajado. Pero he tenido algunos momentos que fueron realmente estresantes por el desarrollo de la web, por problemas con los proveedores, temas legales (juicios, demandas, amenazas)… De hecho, creo que ellos están más contentos ahora que antes”.
La decisión de marcharse de Menéame, como decíamos previamente, fue tomada en el mes de septiembre. ¿Los primeros en conocerla? Evidentemente, sus socios: “Se lo comenté a todos ellos sin haber una oferta previa ni nada similar. Tras dicha comunicación, Remo (uno de los actuales dueños), encargado de llevar su contabilidad hasta entonces, me hizo llegar su interés, y el de Daniel (Seijo), por el proyecto y les vendí mi parte. De hecho, fui el único que quiso hacerlo”. Fue el paso previo a lo que el pasado miércoles se rubrico en Madrid: “El miércoles pasado sin avisar a nadie, ni a mis amigos, me desplacé a la capital. Luego, con todo firmado, decidimos que ya el lunes se haría oficial”. Y así fue, no sin problemas previos: “Daniel tenía un viaje a Nueva York para visitar a un diseñador que tiene allí, así que decidimos que el lunes a las 13 horas de España (7 de la mañana en Nueva York) era el momento adecuado”. Fue cuando todos nos enteramos.
Rentabilizar Menéame, una de sus cuentas sin saldar
Menéame ha sido un proyecto que, a pesar de su buen hacer social, no terminó de carburar económicamente hablando. Si bien, como aboga Galli, las cuentas están saneadas, la cantidad que les aguarda a sus nuevos responsables no es elevada. Y es que, como bien cuenta Ricardo, esta es una de las espinitas que tiene clavada: “si, ha sido un fracaso el no poder rentabilizar la buena marcha de la marca en otros aspectos”. Eso sí, el ser el hombre orquesta le retiraba mucho tiempo y le impedía cumplir con este objetivo: “no podía más. Llevar la publicidad, que era la fuente de ingresos de la plataforma, requería estar en permanente contacto con las agencias, los publicistas… Y esto no era ni mi especialidad”. Además, el emplazamiento tampoco ayudaba: “No me resultaba fácil hacerlo desde Palma (de Mallorca)”. Ahora, y desde fuera, tiene claro que hubiese cambiado: “Necesitábamos gente que se dedicase a ese aspecto más comercial y de RRPP. También hubiese hecho falta un equipo técnico, para liberarme a mí un poquito más. Lo tuve que hacer casi todo yo”. Ricardo conocía el problema… ¿Por qué no le puso solución?: “Sé que tenía la solución en la mano, pero el invertir dinero no es tan sencillo, y que produzca tampoco. Yo no pude. No daba para más”.
Otro de los hechos que más llama la atención de este traspaso de Menéame es el montante de la operación. Ricardo se mantiene cauto en lo relativo a las cantidades del mismo, aunque matiza: “No puedo decir lo que he cobrado por esto, aunque sí que he ingresado menos del valor de la empresa”. Esto nos lleva a una pregunta: ¿Qué hace que una persona venda por un precio inferior al que tiene? Nos lo aclara: “La empresa estaba en peligro y yo sabía que tenía que ceder mi parte para solucionarlo, aunque si es cierto que tengo una opción por la cual, si se vende a terceros las participaciones que yo he vendido, yo recupero una parte, según la tasación real de la compañía”. Así, aclara también que no hubo lugar para otras ofertas (tampoco las recibió en los últimos meses): “No negocié con nadie desde que supe de este interés. Si Remo quería la empresa, suya sería”.
De dueño de Menéame a consejero, pasando por programador “en funciones”
Ricardo ha dejado de estar en la primera línea de Menéame, aunque sí que continuará trabajando con ellos, sobre todo en este periodo de transición: “Sigo llevando la parte técnica en estos primeros meses. Eso sí, ya transferí todas las cuentas y las claves. Además, casi todos los servicios están activos también. ¿Por qué lo hago? Quiero ayudar, ya que hay muchas cosas que ellos no conocen y yo estaré ahí como responsable hasta que tengan, finalmente, un equipo que se haga cargo”. Después, dejará esta labor para quedarse como consejero: “Por un año me he comprometido con ellos. Después no lo sé”. ¿El objetivo?: “Quiero que Menéame tenga éxito y que crezca. Tiene buenas ideas y recursos por lo que es factible”. Estas provienen de unos nuevos dueños que, viniendo de una editorial, pueden llegar a generar algunas dudas en mentes malpensadas con respecto a los ideales que la plataforma mantiene desde sus inicios: “No sé lo que harán ellos, lo que si te aseguro es que no contarán conmigo si cambian la parte de Menéame como Comunidad”. Esta afirmación, aviva ligeramente nuestras dudas. Él, lo matiza: “Ellos cuenta con ideas y algunas ya las teníamos nosotros en mente. Todas alrededor de lo que ya hay. Vamos, yo estoy seguro de que la van a mantener… bueno… seguro… Estoy convencido. Si luego lo cambian será otra cosa, ya que no puedo saber lo que harán dentro de un mes”.
¿Que le espera a Ricardo Galli tras Menéame?
Su salida de Menéame plantea otra cuestión… ¿Qué será ahora de Ricardo Galli?: “Yo no soy tan importante para que me hagáis este seguimiento”. La repercusión de su salida dice lo contrario y, por ello, nos habla de su presente y de su futuro: “Actualmente, puedo decirte que me dedico a realizar ingeniería de software para empresas privadas, dirigiendo proyectos de gran envergadura”. Esto en el terreno más empresarial… ¿Y en lo personal?: “Sí que me pica hacer cosas. Pero llego tan cansado que hasta paso días sin encender el ordenador de mi casa”. Y es que, como bien defiende, 2015 fue un año duro para él: “Fue complicado. Me explico: Publiqué un libro muy complejo en julio, en versión electrónica, a lo que siguió en Agosto, tras petición de Amazon, su edición en papel. Entré en una empresa privada, como un trabajador más… Y ahora la locura de mi salida… Necesito recuperarme”. Lo que sí tiene claro es que, el sector social no entra en sus planes: “Es muy difícil que nuevamente entre a hacer algo así. Es mucho trabajo. Es cierto que el software es sencillo pero, por ejemplo, con la comunidad nunca te pones de acuerdo. Eso sí, tampoco voy a hacer tonterías, que ya tengo algunas a la espalda que no salieron bien”.
Así, y con la experiencia de Menéame menos presente, Ricardo ha emprendido una nuevo camino, como bien comentaba, en el sector privado: “concretamente en una empresa de Dubái dedicada al turismo por Internet y que factura cientos de millones de euros al año. Están rehaciendo su arquitectura al estar creciendo mucho y van a invertir en España y para ello deben resolver problemas de esta índole muy complejos… Y ahí estoy yo”. Un futuro que, al menos, da a Ricardo más calidad de vida y tras el que llegarán nuevos proyectos que iremos conociendo con el paso del tiempo. Porque algo hay…
Seguiremos Informando…