Después que haber pasado seis meses desde que Carmen Amores tomase las riendas de Radio Televisión Castilla-La Mancha todo parece indicar que las aguas vuelven a su cauce. Prueba de ello es que los trabajadores han amainado su presión contra la dirección de la corporación pública y han decidido acabar con las jornadas de viernes negro que comenzaron durante el mandato de Nacho Villa y que ellos mismos bautizaron como Viernes…a negro. La práctica consistía en que cada primer viernes de cada mes, los trabajadores del ente público acudían a la redacción vestidos con ropa negra a modo de protesta.
Pero después de celebrar una reunión en la que han participado los propios trabajadores de Radio Televisión Castilla-La Mancha se ha acordado que, por el momento, todo volverá a la normalidad y se suspende esta protesta. Lo hacen a pesar de no haber logrado todos sus objetivos y siendo conscientes de que “se repiten errores del pasado”, -tal y como reconocen a través de un comunicado- han tomado esta decisión como una muestra de buena voluntad hacia la dirección de Carmen Amores y las medidas que está llevando a cabo en este momento.
Estas palabras hacen referencia a medidas como la creación de la Bolsa de Trabajo y el proceso de negociación del IV Convenio Colectivo de RTVCM. Sin embargo, aseguran que a pesar del cambio “no significa, en modo alguno, bajar la guardia ante los aspectos que todavía quedan por mejorar en muchos ámbitos de RTVCM. Seguiremos trabajando para conseguir una Radio Televisión Castilla-La Mancha de verdadero servicio público, para ofrecer a la ciudadanía una información veraz y unos contenidos de calidad.
Los trabajadores de RTVCM cierran la era Nacho Villa
Con esta medida, los trabajadores de Castilla-La Mancha Televisión cierran por fin así a una etapa ligada a la era Nacho Villa, en la que las protestas, las acusaciones de manipulación, las huelgas o las protestas por la creación de una redacción paralela, así como las denuncias de la falta de objetividad se dan por zanjadas. Sin embargo, y tal y como han advertido los sindicatos del ente público no es una decisión definitiva a la que volverán si la situación lo requiriese.
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