La actividad de lobby sigue sin tener una regulación concreta en nuestro país, una situación que compartimos tan solo con Portugal y Grecia dentro de la Unión Europea. Los profesionales del lobby aseguran que el nuevo panorama político es propicio a una regulación de su actividad, aunque advierten de los peligros que podría acarrear la puesta en marcha de legislaciones territoriales y abogan por un registro, la agenda pública y un reglamento de buenas prácticas como solución a la mala imagen del lobby. Estas son algunas de las conclusiones de la última sesión del Aula de Liderazgo Público, celebrada con motivo de la presentación del 6º Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP) de MAS Consulting y la Universidad Pontificia Comillas (ICADE).
Lobby, tráfico de influencias, grupos de presión, corrupción… A menudo estos términos ocupan las portadas de los periódicos e informaciones de medios de comunicación. Irremediablemente la palabra lobby se ha apropiado de una connotación negativa que hace difícil el trabajo de los profesionales de esta actividad. Sin embargo, esta actividad tan común en otros ámbitos de la política europea, como el Parlamento, en España sigue en la sobra sin una regulación transparente y donde la corrupción parece haberse instalado en muchos espectros de la vida pública. Esto puede cambiar, según los profesionales dedicados al lobby en España, con la nueva composición de un Parlamento mucho más fragmentado y la entrada de nuevos partidos políticos en los órganos legislativos. Así mismo, la pérdida de poder del ejecutivo en nuestro país propiciará, a todas luces, un mayor peso del poder legislativo, allí donde el lobby puede desempeñar su trabajo con mayores libertades y transparencia. Parece que el lobby tiene futuro, y mucho.
En este sentido, David Barrientos, Director de Comunicación de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), ha asegurado durante Aula de Liderazgo Público esta semana que “hay muchas empresas en este país que no se atreven a decir que hacen lobby. Hay registros de lobby en Europa o el Ayuntamiento de Madrid. (…)Tampoco es verdad que la connotación negativa de lobby sea generalizada. Si es cierto que la opinión pública tiene un mal concepto de la palabra, pero no todos los sectores”.
Una de las cuestiones que más animan a los profesionales del lobby en España a pensar que la profesión, por fin, salga del lado oscuro es la composición del nuevo Congreso, con un 62% de nuevos diputados. Una situación inédita, y que aunque se repitieran elecciones, Barrientos ha advertido a que “220 diputados volverían al Congreso”. Este hecho no es baladí, ya que será en el Congreso donde se tomarán gran parte de las decisiones de la próxima legislatura. Así, el Congreso tendrá más poder que nunca, en detrimento del poder ejecutivo. “La relevancia del Parlamento será muy grande, desde hace muchos años el Parlamento no tenía tanta relevancia, ha sido muy dirigida desde los gobiernos, incluso cuando no había mayorías parlamentarias”, ha asegurado Jaime Atienza, Director de Campañas y Ciudadanía de Intermón Oxfam .
El mayor poder que los diputados tendrán a la hora de tomar decisiones en la próxima legislatura supone una nueva oportunidad para los lobistas de ponerse en contacto con nuevos agentes, algunos de ellos hasta ahora desconocidos. Según los lobistas, esta regeneración es buena y ya se observa en los nuevos partidos el pleno convencimiento de la necesidad de contar con los lobbies para poder legislar. Según ha añadido la responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Foro Nuclear, Piluca Núñez, “los cuatro partidos con mayor representatividad llevan en sus programas la regulación de los lobby”, algo positivo para todos los miembros de la mesa.
Sin embargo, la llegada de nuevos interlocutores, también suponen nuevos retos para los profesionales que ejercen el lobby en España. “Vamos a tener una enorme oportunidad o un reto, depende de cómo se mire. Hasta ahora tuvimos dos principales partidos políticos, ahora nos encontramos con muchos partidos y además, ningún solo partido podrá tomar decisiones por sí mismo. Esto supondrá un mayor esfuerzo e imaginación” ha aseverado Piluca Núñez. También en esta línea ha coincidido Albert Medrán, Director de Comunicación de Change.org en Español: “Va a ser una oportunidad para el lobby ciudadano. Un parlamento tan fragmentado supone que haya que votar leyes con mucho apoyos”.
Aunque todavía no hay gobierno formado, los lobistas ya trabajan en los despachos del Congreso, ha asegurado David Barrientos, Director de Comunicación de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Barrientos coincide en el mayor peso que va a tener el Congreso frente al ejecutivo en esta legislatura. Un cambio en la forma de trabajo de los lobbies, que en los últimos tiempos han trabajado de manera directa con los ministerios. En este sentido, “los lobistas tenemos que ser oficinas de proyectos de los ministerios. Eso a nosotros nos ha funcionado bien en planes como el PIVE”, ha recalcado el dircom de ANFAC. También Barrientos ha recalcado que con estos nuevos interlocutores en el Congreso “tendremos que ser mucho más creativos e imaginativos. Es el momento de hacer propuestas iniciativas que reporten valor a la sociedad y a tus clientes”.
Una de las cuestiones contra las que los lobistas tienen que luchar es en contra de la mala imagen que medios de comunicación y la sociedad en general les ha atribuido su actividad. El tráfico de influencias y las noticias sobre escándalos de corrupción han hecho que el lobby se asocie, irremediablemente, a acciones que nada tienen que ver con los profesionales del oficio. Así, recuerdan, casos como el del pequeño Nicolás que se presentó ante los medios de comunicación como “un lobista” que conseguía contratos a empresarios gracias a sus contactos con la administración, o los nombramientos de ex políticos en los consejos de las grandes empresas, no ha hecho más que ensombrecer la profesión del lobby.
Sin embargo, el lobby no es un ámbito de actuación solo de empresas privadas, también los ciudadanos defienden sus intereses en forma de lobby ha añadido Albert Medrán de Change.org . “Muchos ciudadanos hacen pero no se dan cuenta. Muchos ciudadanos consiguen introducir sus ideas en la redacción de las leyes, a través de sus peticiones en la plataforma. No son conscientes de que están haciendo lobby. Cada vez hay más peticiones o movimientos ciudadanos que se podrían catalogar dentro del movimiento conocido como lobby, es decir, influir en la toma de decisiones”, ha asegurado Medrán durante la mesa.
Otra de las cuestiones que preocupa a los lobistas en España dentro del nuevo panorama político son las exigencias que los nuevos partidos harán a su profesión. Jaime Atienza, Director de Campañas y Ciudadanía de Oxfam Intermón ha asegurado que “los nuevos partidos están abiertos al lobby pero tiene mucho peso la hipertransparencia, que es el camino al que vamos. Eso nos traerá ganancias y dificultades”.
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