Se encuentra tras las rejas el supuesto asesino de la periodista mexicana Anabel Flores. Así lo informó el gobernador del Estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. A través de su cuenta de Twitter el político reveló que Josele Márquez, alias El Chichi, considerado líder regional del cartel de los Zetas, es el autor intelectual del secuestro y posterior asesinato de la reportera.
Gracias al apoyo de @osoriochong, @renatosalesh y @EF_Galindo fue internado en el CEFERESO de Puente Grande Josele Márquez (a) El Chichi
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) febrero 13, 2016
A Josele Marquéz (a) El Chichi se le relaciona entre muchos crímenes la autoría intelectual del asesinato de la periodista Anabel Flores
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) febrero 13, 2016
El anuncio del arresto de Márquez Balderas ha sido muy cuestionado por la clase periodística y sociedad civil mexicana. Este 2 de febrero el propio Duarte publicó dos tuits sobre la detención del delincuente que, en agosto 2015, ya había sido dado por muerto por la Fiscalía de Veracruz en un comunicado. Ahora el gobernador dice que El Chichi, que se supone estaba detenido, es trasladado a prisión.
La muerte de Anabel Flores Salazar, reportera del diario El Sol de Orizaba, es la número 11 cometida contra periodistas en Veracruz desde que el político es gobernador. Si se toma en cuenta los asesinatos a reporteros ene se estado desde el 2000, la lista se eleva a 17. Esta situación lo ha puesto en el punto de mira nacional e internacional.
“El gobierno de Javier Duarte Ochoa tiene un registro deplorable en materia de impunidad y se ha mostrado incapaz y reticente a enjuiciar a los responsables de crímenes contra periodistas”, declaró el coordinador senior del programa de las Américas del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés). Y condenó que “las autoridades de Veracruz tienen un historial de denigrar las actividades de los periodistas locales sin proporcionar evidencia concreta alguna”.
Ante las críticas recibidas y las acusaciones de que se halla detrás de muchos de esos crímenes contra comunicadores, el gobernador aseguró que los únicos responsables son los miembros del crimen organizado, “salvo el caso de Regina Martínez”, periodista de la reconocida revista de investigación Proceso.
El enemigo en #Veracruz del periodismo y de la libertad de expresión es el crimen organizado. @PGR_mx @FGE_Veracruz @CNDH @CIDH
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) febrero 14, 2016
Salvo el caso de Regina Martínez, los demás casos donde han sido asesinados periodistas en #Veracruz, han sido por el crimen organizado.
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) febrero 14, 2016
Víctima de censura política por sus muchos de sus reportajes sobre violaciones de derechos humanos, corrupción gubernamental, abuso de autoridad y narcotráfico, Martinez fue asesinada en su residencia el 28 de abril de 2012, luego de ser golpeada brutalmente. Para las autoridades el móvil fue el robo, de acuerdo con una confesión del sospechoso. Sin embargo, la versión nunca fue aceptado por sus colegas, no sólo porque el asesino retiró su confesión y declaró que había sido torturado y amenazado por oficiales para admitirlo, sino porque tenían constancia que todo fue parte de una campaña de intimidación contra los periodistas que investigaban las relaciones entre los narcotraficantes y los políticos veracruzanos.
De acuerdo con Javier Duarte, el jefe regional de “Los Zetas” es también responsable de un ataque armado perpetrado en noviembre del 2011 al periódico El Buen Tono, en la ciudad de Córdoba, Veracruz, donde Anabel Flores era colaboradora. En esa ocasión, 18 hombres armados ingresaron a las oficinas del rotativo donde, además de destrozar equipos y mobiliario, rociaron gasolina y prendieron fuego a una parte de las instalaciones. El objetivo era amedrentar a los propietarios y empleados por la línea editorial crítica que el diario mantenía frente al gobierno del estado y varios políticos municipales.
El crimen de Anabel Flores ha generado mucha conmoción y repercusión tanto fuera como dentro de México. Desde que se conoció la noticia, muchos periodistas han usado las redes para protestar y exigir una rápida respuesta de las autoridades. Sin embargo, esto los ha convertido en objeto de amenazas de muerte e intimidación.
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