La actitud es la manera de pensar que tienes y de cómo ves y te explicas a ti mismo la vida. El Dr. Seligman, padre de la Psicología Positiva, habla de ‘las pautas explicativas’ que seguimos cada uno de nosotros sobre lo que nos acontece. Es decir, que la actitud es la manera de pensar de cada uno. La manera de pensar hace que te sientas de una determinada manera y que, por lo tanto, actúes o te comportes como lo haces.
Lo vemos en los niños muy fácilmente y decimos ‘tiene una buena actitud para aprender’ o al contrario ‘no le veo con buena actitud para aprender’. Si un niño cuando está aprendiendo algo nuevo y se equivoca, piensa que él no lo va a conseguir porque es muy difícil y además es torpe para eso. Veremos que se enfada y no quiere volver a intentarlo o finge que no tiene interés en ello. En cambio si piensa que él puede hacerlo, lo bien que va a estar cuando lo consiga y que es cuestión de volver a intentarlo, querrá repetirlo una y otra vez hasta que le salga. Al final, son dos formas de pensar diferentes, con independencia de las capacidades que tenga cada uno.
En la vida ocurre igual. La cuestión no está tanto en lo que nos pasa o los problemas que tenemos sino en cómo nos tomamos lo que nos pasa. La clave está en lo que te dices a ti misma en cada instante. Con el paso del tiempo, y sin darte cuenta, ya tienes una forma de pensar muy arraigada y sin ningún esfuerzo ni consciencia tu mente dirige tu vida. La buena noticia es que se puede mejorar conscientemente esa forma de pensar habitual, siempre que estés dispuesta a escucharte, poner atención a lo que te dices e introducir otros pensamientos que a la larga te harán sentirte mejor y actuar de forma distinta. Por eso, cuando tú cambias tu forma de pensar, tu mundo cambia. El coaching te ayuda a encontrar formas de mejorar tu actitud, a través de diversos enfoques:
- Detectar tus pensamientos y sustituirlos
- Visualización del éxito.
- Hábitos saludables.
- Anclajes
Seguiremos Informando…
