¿Cómo arrancó tu vida en Twitter allá por el año 2009?
De la manera más tonta. Estaba leyendo noticias sobre el dopaje de Lance Armstrong en el Tour de Francia de aquel año, y su posible descalificación, cuando vi que el propio ciclista estaba comentando cosas a través de Twitter. Ni sabía de qué iba esto y ni siquiera tenía cuenta, así que me creé una para poder leer sus comentarios. Y de ahí hasta el día de hoy. No es la historia más apasionante, lo sé, pero es lo que hay.
¿Alguna intención oculta, aparte de estar informado del caso de dopaje de Lance Amstrong?
Mi intención, al final, fue informarme de lo que hacía la gente famosa de cualquier ámbito, hasta que me di cuenta de que no escribían nada que fuese a ser Premio Nobel de Literatura. Vamos, como cualquier otro tuitero, no nos engañemos. Ahí dentro estamos todos a la misma altura, menos Sergio Ramos y David Bisbal.
¿Recuerdas tu primer tuit?
La verdad es que no. Y si te soy sincero, seguramente lo borré con el tiempo. Seguro que hay alguna aplicación por ahí que te lo saca pero me da una pereza… Va, espera que lo miro… Ya. Fue este: “No entiendo por qué la gente que no ves desde Diciembre te sigue felicitando el año aunque sea día 26 de Marzo! Data del 12 Enero 2010. Una maravilla de tweet, con una composición majestuosa, y un claro trasfondo sociópata. No muy diferente a lo que escribo hoy, también te digo.
¿En qué ha cambiado el perfil con los años?
Al principio era una cosa que llevaba un poco en secreto, así que escribía cualquier burrada que se me ocurriera. Ya sabes, el anonimato es un escudo magnífico para campar a tus anchas en Internet. Con el tiempo me he suavizado bastante. Sobre todo porque me sigue mi madre y si se me va la mano con algún tweet, cuando voy a comer los domingos me da collejas.
¿Qué te llevo a elegir un nombre tan “peculiar” como @elbicharraco?
Por lo que sea, siempre he sido una persona a la que han llamado por distintos motes, en lugar de mi nombre real. La gente es así. Yo no voy llamándolos a ellos ‘orejitas’ ni ‘pelo rata’, ni nada de eso. Uno de estos motes vino por una camiseta que me compré en un concierto del extinto grupo flamenco ‘Elbicho’. Fue de esas que no te quitas ni para dormir y que al final acaba sirviendo para hacer trapos para limpiar el polvo. Como la llevaba ya pegada al cuerpo como si tuviera velcro, la gente empezó a llamarme bicho y bicharraco. Esto coincide en el tiempo y en el espacio con la apertura de la cuenta de Twitter. Así que me puse bicharraco. Pero,… ¡Eh! Ya estaba cogido el nombre. Así que me dije, seamos originales y pongámosle un el delante y tirando millas. ¿A que es otra historia aún más apasionante que la primera?
Tu imagen de perfil,… ¿Representa fielmente lo que es la cuenta o simplemente eres fan de El Resplandor?
No y sí. Me explico. Soy un fan confeso, por separado, de Stephen King, de Jack Nicholson y de Stanley Kubrick. Si los juntamos a los tres en una coctelera nos sale un precioso Resplandor. Mi idea inicial era coger un avatar en simbiosis con el texto, una cara, un personaje que mirara en la dirección en la que Twitter coloca el texto, a la derecha del avatar… Y entonces escogí ese Here’s Johnny. Aunque tampoco me entusiasmaba y ya había que ventilarlo un poco tras varios años con la cara metida en la puerta. Lo quise cambiar pero mi amigo @Riki_Lopez (fantástico músico pero peor persona) me dijo que no, que el avatar le iba magnífico a la línea editorial de mis tweets. Y ahí está. A veces a Johnny le pica un poco la cara y le rasco, le lavo los dientes y le pongo cosas encima según si estamos en Carnavales, Semana Santa, Navidad u otras fiestas de guardar.
¿Alguna vez te han dado un tirón de orejas o has tenido que recular por algo que has publicado?
En una ocasión escribí un tweet sobre Esperanza Aguirre y una desgraciada enfermedad que padeció y que tuvo bastante repercusión. El tweet en sí no era dañino en absoluto, pero basta que coloques el nombre de dicha enfermedad para que hordas de indignados te quieran sacar las entrañas. Primero porque a @Danirovira se le ocurrió retuitearlo (todo esto mucho antes de que se hiciera actor y modelo) y después porque apareció en una compilación muy simpática de tweets ofensivos contra ‘Espe’ que hicieron en un programa de Intereconomía. A las 23:00 de la noche me llamó mi padre diciendo: “¿Pero cómo escribes eso?” y le respondí: “¿Y tú qué haces viendo Intereconomía?”
Estamos acostumbrados a ver como muchos se pasan de los 140 caracteres al libro… ¿En tu caso no ha surgido la posibilidad o no te interesa?
Ambas cosas. Primero no tengo tiempo. Trabajo todo el día en una cosa que me entusiasma, que son los videojuegos (No, no me pagan por jugar si es lo que estáis pensando todos). Y el resto del tiempo lo ocupan dos pequeños seres humanos a los que adoro (en realidad son tres, pero a mi mujer no la cuento porque a ella no la adoro, la venero). La @SenoritaPuri ya me ha tirado una vez el anzuelo: “Escríbete algo” me dijo, pero es que no me da la vida y tampoco sé qué podría contar que no esté dicho ya. Quizá más adelante.
¿Tu identidad es anónima o ya te conocen públicamente?
A lo mejor los más nuevos de la comarca no me conocen, pero hace unos años me contactaron de una marca de bebidas refrescantes de extractos con muchísimo azúcar para rodar un documental sobre la vida de un tuitero. En realidad me engañaron y al final fue todo una encerrona para que dejara de tuitear. En aquel entonces estaba enganchadísimo y era la persona ideal para el concepto que la productora del corto quería exponer. Salgo yo en carne y hueso. Lo siento por la decepción de no ser el propio Jack Nicholson. Sonará a broma, pero al principio la gente preguntaba: “¿Eres el del avatar?” y me hacía mucha risa. Ahora ya no.
¿Cómo es @elbicharraco fuera de Twitter? ¿Se parece en algo la persona al tuitero?
Sí, desde luego. Todo lo que escribo tiene un puntito de realidad, a veces aumentada, a veces deformada, para que sea más interesante. Digamos que soy un tuitero ‘basado en hechos reales’. Malhumorado, gruñón y muy palabrotero.
¿Has pensado alguna vez en abandonar Twitter o estas demasiado enganchado para hacerlo?
Creo que cada día digo: “HOY LO DEJO”, y entonces escribo un tweet de despedida, pero lo guardo en borradores porque se me ha ocurrido otra tontería que tuitear. Y así estamos. ¡Ah! Y una vez me comí un tweet impreso por una apuesta.
Seguiremos Informando…