Mil quinientos pantalones hace Van Chou en un día. Su sueldo al mes equivale al precio de cinco jerseys aquí. Menos de 200 dólares. Muchas veces tratados como animales. Trabajan de lunes a sábado sin vacaciones. Y abundan los desmayos por falta de sueño y alimentación.
Salvados ha estado en Camboya para conocer de primera mano las condiciones de muchas mujeres y hombres que trabajan en el sector textil. Inditex tiene más de cincuenta fábricas en el país. También se encuentran allí marcas internacionales como Massimo Dutti, Mark and Spencer, H&M y nacionales, como Zara. En el reportaje de Évole no quisieron participar ni Inditex, H&M, Mango, el Corte Inglés, Cortefiel, Marks and Spencer o Adidas.
¿Qué responsabilidad tenemos los consumidores?
María Almazán estuvo metida de lleno en este mercado, ya que se encargaba de controlar los procesos de fábricas asiáticas. Y avisa “quiero que se entienda que es algo sistémico”. Contó en Salvados como se “perdía” en las fábricas asiáticas para ver en qué condiciones estaban los trabajadores de las zonas de “corte”. Allí vió a mucha gente con la cara abrasada por las partículas que se desprendían. En Bangladesh dice “no vi ninguna fábrica que estuviera bien”.
“He visto ríos de pueblos del color de moda de la temporada del vaquero de Occidente”, le confesaba a Évole en Salvados. María decidió apartarse definitivamente de ese mundo y crear una empresa que produce de forma sostenible en Galicia. “Hay mucha gente que ya tiene claro que hay que consumir así. Hay que hacer un consumo lógico”. “No se trata de que una parte del mundo consuma a morir y otra parte produzca a morir”. Ahora trabaja también para grandes marcas, pero estas le pagan las prendas a 8 euros, cuando en Asia la pagan a 3. Y las dos las venden a 30.
Entrevistó también Évole en Salvados a César Laborda, gerente de Iberasia. “Una fábrica en España es insostenible mientras sus competidores sean tan baratos como China”, así justificaba César su preferencia por Camboya. No quiso revelar a Jordi las marcas para las que trabajaban, pero sí puso en su conocimiento que iba a realizar la entrevista para Salvados. César admitía que los trabajadores del sector textil suelen vivir en condiciones duras. Su fábrica está considerada una “Better Factory”, que son fábricas auditadas por la OIT (Organización Internacional del trabajo), aunque las propias marcas también hacen sus propias auditorías. El sueldo mínimo en Camboya son 140 dólares, que saldrían a unos cinco euros al día.
También Pilar y María contaban su testimonio a Évole. Trabajadoras del sector textil en Galicia, fueron viendo como desaparecía el sector debido a la deslocalización: “Si no lo puedes hacer, lo mandamos para otro sitio, Portugal, Marruecos y Asia”. Zara se relacionaba así con los talleres proveedores de Galicia “nos pedían exclusividad sin tener ningún contrato. Te amenazaban pero sólo había un compromiso verbal. Lo que querían era cerrar todos los talleres, pero no decir que los dejaban”. Así tuvieron que cerrar sus negocios: “o cerraba o explotaba a las trabajadoras” afirmaban compungidas.
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