Tuiteros Fantasma. Hablamos de unos personajes que tenemos más cerca de lo que pensamos pero que, al nadar entre cláusulas de confidencialidad, pasan completamente desapercibidos para nosotros. Un trabajo bastante desagradecido, del que no se puede presumir y en el que los méritos caen en manos de otros y los patinazos sobre la propia cabeza. Y os diréis,… ¿Podéis concretar más? Para ello, hemos contactado con Antonio V. Chanal, experto en marketing y estrategia digital, que los define de la siguiente manera: “Son aquellos Community Managers que gestionan las redes sociales de terceros, o lo que es lo mismo, son esos que, sin ser realmente dicha persona, usan su cuenta para interactuar con sus seguidores y publicar contenidos para que dicha cuenta tenga movimiento, ‘engagement’ y para que, como no, siga en el “candelabro” de la actualidad”.
Estos Tuiteros Fantasma que mencionamos son, en la mayoría de los casos, la salvación de muchas figuras, casi siempre públicas, que carecen tanto de los conocimientos necesarios para interactuar con sus seguidores a través de Twitter o Facebook como para sacarle un rendimiento económico a esto: “La generalización nunca es buena, pero es cierto que hay mucho “famoso” que no tiene ni idea de qué hacer para que sus perfiles en redes sociales le den dinero”. Porque está es la meta que les motiva para mantener activas las cuentas: “Lo que buscan es sacarle rédito”. Esto convierte a dichas plataformas sociales, al menos para ellos, en: “Una forma más de mercantilización de la comunicación”. Lo que también es verdad, como bien nos cuenta nuestro experto, es que: “Muchos de los famosos cuando empezaron en Twitter eran ellos mismos. Sin embargo, por carga de trabajo, por desidia o por querer mercantilizarlo, han recurrido a su gestión externa”. ¿Esto que conlleva? Se pierde en grado humano de la relación: “Esa conexión con el usuario, esa carga emotiva, deja de existir”.
No todos los profesionales son válidos
Para ser un Tuitero Fantasma hay que estar hecho de una pasta especial. Y es que, no manejan un perfil propio, el cual conocen, sino que han de jugar a ser Dios con la vida de terceros, lo que hace que deban conocer ‘a pies juntillas’ a sus representados: “Tiene que estar muy volcad@ con la actualidad del personaje. De hecho, casi debe de convertirse en un alter ego suyo”. Y es que, como nos comenta Antonio, debe contar con que, salvo en contadas ocasiones, caminarán a ciegas y sin saber que sorpresas les esperan: “El personaje no va a decirle qué hacer o qué decir, salvo en casos muy puntuales”. Esto se traduce en que un día puede no tener con que trabajar y, de repente, encontrarse con sobrecarga de información. ¿El motivo?: “Es la actualidad la que manda. Y ha de estar a la que salta para ser y, sobre todo, estar en lo más alto del Trending Topic del ‘papel couché’.
Atados de pies y manos
La soledad que ya le hemos atribuido a estos Tuiteros Fantasma viene generada por las fuertes clausulas a las que están sometidos. Y es que, tienen en sus manos el ‘qué dirán’ en Redes Sociales de muchas figuras de interés público, algo especialmente relevante, y por ello delicado, en los tiempos que corren para todas y cada una de ellas. Esto hace que su boca deba permanecer cerrada… ¡Por el bien de todas las partes afectadas!: “No deben arriesgarse a anunciar que son quienes son porque, además de una posible demanda, perderían su credibilidad y su veracidad como profesionales en la gestión de este tipo de cuentas”. Podrían dejar incluso de ejercer, ya que conviven en un “mundillo” muy pequeño en el que, como ocurre en otros sectores también, la infidelidades se pagan caro.
Así, este precio, implícito en el cargo, en muchos casos no está reflejado en su sueldo. Un salario que es diferente en cada caso y que depende, como nos comenta nuestro experto, de factores tan básicos como: “Lo conocido que sea el personaje y, también, de los porcentajes por ingresos publicitarios que este obtenga”. Estos últimos, y más en los tiempos que corren, se atribuyen en gran parte, a su actividad en Redes Sociales: “Cuanto mejor sea la gestión de la presencia del personaje en las redes sociales, mayores serán los intereses de las empresas en contar con el reclamo de estos famosos. Hay que tener en cuenta que aquí también se miden los alcances, los ‘engagements’ y las interacciones. Y cuanto mejor esté hecho ese trabajo, mayores y más dilatadas en el tiempo serán las colaboraciones”. En resumen, y como bien nos comenta Antonio: “Todo se supedita al dinero… Y al porcentaje de ingresos que se perciba por cada empresa anunciante”. De este tanto por ciento… ¿Qué recae en la figura del Tuitero Fantasma?: “Depende del famoso, ya que, en este sector no todo vale… ¡Ni es igual para todos!
¡Houston! ¡Necesitamos ayuda urgente!
Estos Tuiteros Fantasma, como bien decíamos previamente, no siempre han sido necesarios. De hecho, las ‘celebrities’ suelen arrancan sus carreras controlando personalmente sus perfiles sociales, los cuáles abandonan con el tiempo y por múltiples motivos: “Sobre todo, lo dejan por falta de tiempo,… y por desidia”. Y es que, si bien es cierto que el contacto con los fans forma parte de su universo, y de sus obligaciones, mientras nosotros no estamos obligados a actualizarnos de forma constante, ellos deben mantener sus redes siempre ‘on fire’, hecho que es más fácil con una pequeña ayuda: “Compartir su vida en las redes sociales es un trabajo arduo. Hacer que son ellos quienes la comparten se lo hace más fácil. Así, esa exigencia de tener que saber filtrar, responder y atender a las consultas de los usuarios, terminaron por condicionar dicha gestión a profesionales del medio”.
Así, estos Tuiteros Fanstama han recogido el testigo de estos ‘famosos quemados’, haciendo suyo su día a día. Ese que se mantiene en calma en contadas ocasiones y que ‘arde en llamas’ el resto del tiempo, gracias a las múltiples crisis generadas, en la mayoría de los casos, con conocimiento de causa y por el propio afectado: “Es lo que fundamentalmente, buscan. Y es que, en periodismo hay una máxima que dice que: “no hay noticias si no hay malas noticias”. De hecho, cuanto peor sea el panorama en el que se muevan mejor”. ¿Es algo genérico? Antonio lo tiene claro: “No. Se da sobre todo en el corazón. En otros sectores, cuidan mucho su imagen, sus mensajes y la forma de comunicarlos”.
El acierto de Nadal y el… ¿Error de Piqué?
Ser el portavoz social de un famoso no es sencillo. Por ello, las críticas positivas son, quizás, el único acicate para continuar resistiendo los múltiples temporales que se les avecinan. Para Antonio V. Chanal, existen casos claros de Community Managers que lo hacen como es debido: “Personalmente, me gusta como lo hace Rafa Nadal. De hecho, le sigo en las redes sociales, sobre todo en Facebook”. Al otro lado de la balanza, para nuestro experto, se encuentra el defensa del FC Barcelona, Gerard Pique: “No me gusta nada su manera de publicar porque pienso que el fútbol es para eso y no para mezclarlo con política. Pero a sus fans parece que sí les gusta y por eso le va bien. Y, siendo sinceros, es lo que le tiene que importar. De hecho, profesionalmente hablando, la gestión de la cuenta es perfecta”.
¿No sería mejor formar a las ‘celebrities’?
En resumen: Ser Tuitero Fantasma no es sencillo. Hay profesionales del sector, incluso, que piensan que ningún perfil debería ser gestionado por terceros: “No debería ser así, por el mismo motivo por el que nunca permitiríamos a alguien hablar por nosotros en nuestro día a día. Y es que, las redes sociales deben ser un entorno cercano, real y, por encima de todo, veraz” nos comenta Joel Calafell, el cual deja entrever que esta externalización elimina estos tres factores de la ecuación. Así, se plantea una pregunta: ¿Cómo podemos ayudar entonces a este tipo de perfiles desde nuestra experiencia? Nuestro experto de Tc, lo tiene claro: “Formándoles y asesorándoles desde el principio, pero dejándoles volar con el tiempo. Lo contrario es improductivo, peligroso y poco recomendable”. Sea como fuere, existen, están ahí, aunque… ¿Nos acompañarán durante mucho más tiempo?
Seguiremos Informando…