Hasta hace poco, existía un mito que decía que esos tuiteros a los que seguimos, y que nos encantan, abandonaban, al menos una vez a la semana (sino más) sus 140 caracteres habituales para darse a la escritura más convencional. Una leyenda que, con el tiempo, y en base a las pruebas recabadas, ha dejado de ser un misterio para afianzarse como realidad. ¿Quién ha sido el culpable de este cambio de formato? ¿Son los medios los que han llamado a su puerta o, por el contrario, han sido ellos los que han querido probar nuevas experiencias?
De vocación… ¡Periodísta!
“En mi caso, y para alguien que estuvo a punto de estudiar periodismo y al que le encanta todo este mundo, es una satisfacción personal” nos comenta @diostuitero, uno de los más activos: “No paro, ya que colaboro semanalmente con El Mundo, Atresmedia (a través de su web de humor Liopardo) y El Plural… ¡Ah! Y mensualmente con La Marea y cuando puedo con Carne Cruda”. Otro que se ha dejado seducir es @gerardotc: “La principal razón, en mi caso, es la de poder dedicarme a lo que me gusta, que es escribir”. Parece que los 140 caracteres muchas veces no son suficientes aunque sí es cierto que, en este caso, las colaboraciones son menos numerosas: “Escribo para CTXT, Líopardo (la web de humor de Atresmedia), La Marea y colaboro en Carne Cruda”. Unas jornadas intensas, como las que también vive @carloslanga, que nada entre varios mundos: “Soy guionista en Likes. Además, colaboro en la web de GQ y en la de Líopardo, cada semana. Además, como mis compañeros, ayudo en Carne Cruda”. Es lo que tiene el Debatuit (les junta a todos). Así, su motivación es más educativa: “En cada proyecto se aprende”.
¡Son los medios los que llaman!
Cada uno de estos tuiteros aterrizó en este sector de un modo diferente. A @diostuitero le llamaron a la puerta: “En mi caso, todos me escribieron un correo electrónico, a excepción de El Plural, a los que escribí yo para felicitarles por los 10 años. Ellos me contestaron invitándome a colaborar y acepté”. El caso de @gerardotc es diferente, ya que no era un desconocido en el “mundillo” en una vida previa a su cuenta de Twitter: “Me dedicaba a ello desde mucho antes pero lo hacía como hobby”. Sin embargo, y a su juicio, la eclosión de su perfil en la red del pájaro azul fue el empujón definitivo: “A raíz del boom de la cuenta, ese hobby se ha ido convirtiendo en oficio. Por ello, si es cierto que la cuenta me ha abierto esas puertas. O al menos eso me supongo yo”.
La pregunta, a raíz de esto es: ¿Qué ha llevado a los medios a contactar con ellos cuando hace unos años era impensable? ¿Tendrá algo que ver la notoriedad que tienen y el número de seguidores que arrastran? Las opiniones son diversas. Carlos Langa no quiere mojarse: “Lo desconozco, ya que no les pregunté. De hecho, y si os soy sincero, tampoco lo haré cuando no quieran que continúe”. Al otro lado de la balanza se encuentra @diostuitero, que cree que los medios, en cierta medida, si están aprovechando el tirón que tienen: “Claro que sí”, aunque matiza: “Quiero creer, también, que les gusta lo que hacemos”. Una opinión parecida mantiene @gerardotc: “Está claro que twitter genera tráfico y que, esas cuentas con un gran número de seguidores, se trasladan a los medios de comunicación”. Lo que todos pensábamos.
Gozan de libertad plena a la hora de escribir
El mango de la sartén, a día de hoy, está en manos de los que cuentan con una masa tras sus perfiles en Facebook o en Twitter (y el que opine lo contrario, tiene un problema grave). Es el caso de nuestros invitados, los cuáles, con los medios más tradicionales vendiéndose “al clic fácil” para sobrevivir, gozan de una libertad que les lleva al entendimiento absoluto: “Si no tocan lo que escribes, o dices, no hay ningún problema. Todo, más allá de que se comparta su línea editorial, o no” nos comenta Carlos Langa. Así, los ideales que manejan están protegidos. Esos que, según @diostuitero: “Cuentan mucho. De hecho, y en mi caso, nunca escribiría algo con lo que no estoy de acuerdo (o en un medio que detestase)”. Esta libertad, además de ser un privilegio, es el motivo de su éxito, lo que hace que puedan, como le ocurre a @gerardotc: “Escribir lo que quiera sin que nadie me censure nada”. De hecho, este último cuenta con un rasero muy estricto (para todo aquel que esté pensando en llamarle) a la hora de colaborar con un medio: “No participo en ningún proyecto que tenga intereses más allá de informar o entretener a quien lee o escucha”.
¿En qué punto están los medios para recurrir a los tuiteros?
En resumen: Los medios, sobre todo los más clásicos (en nada pasarán a llamarse ‘vintage’) han gastado ya la última bala. Esa que escondían en el fondo del cajón y que jamás pensaron que dispararían. ¿El motivo? @diostuitero concluye con una reflexión inteligente: “La calidad de lo que se escribe pierde fuerza ante la tiranía de los clicks. Los titulares cebo y sensacionalistas que llevan al usuario a pinchar esa noticia se está imponiendo muchas veces al trabajo duro de documentarse e investigar para ofrecer algo elaborado que a la postre puede obtener menos visitas”. Esto le lleva, en la mayoría de los casos, a tener un problema, y sólo uno, de: “Credibilidad, que llegó porque han dejado hace mucho tiempo de trabajar para el lector, oyente o el espectador. De hecho, el periodista que intenta informar para ellos se le trata con bastante falta de respeto”. ¿Les ayudarán estos tuiteros a reconducir el rumbo o serán un parche para un barco que se hunde sin nada que pueda hacer nada?
Seguiremos Informando…
