La supresión del master de Medicina Homeopática por parte de la Universidad de Barcelona al considerar que este curso de posgrado carecía de base científica fue considerada como una victoria por aquellas personas que desde hace años vienen luchando por conseguir que el pensamiento crítico y las explicaciones basadas en la evidencia científica fulminen toda afirmación paranormal, milagrosa o que no haya sido sometida a la metodología científica para comprender el mundo y tomar decisiones en la vida diaria. Para ellos, la homeopatía forma parte, junto con el tarot o la astrología, de ese conjunto de disciplinas que, sin ser ciencias, reclaman dicho carácter. Y lo han denunciado siempre que han tenido ocasión, lo que ha generado que las compañías que operan bajo este credo hayan tenido que dedicar grandes esfuerzos a la gestión de crisis.
Eso mismo pretendieron hacer ayer, pero seguramente nunca imaginaron que su hashtag #PreguntaABoiron llegase a tener tanta repercusión y que llegase a socavar hasta tal punto la reputación de una compañía como Boiron, con un valor en bolsa de 1.360 millones de euros, filiales en 20 países y un gran departamento de Marketing. El detonante fue una convocatoria de prensa. Boiron reunió en un hotel de Madrid a simpatizantes y periodistas para hacer una sólida defensa de su credo y “rescatar a España del desconocimiento en el que se está sumiendo por culpa de la campaña de comunicación sin precedente que ataca a la homeopatía y, por ende, falta al respeto a los millares de médicos y a los millones de españoles que han escogido las medicinas homeopáticas”.
De este modo dejaron constancia de su disgusto los responsables de la empresa homeópata que habían viajado expresamente desde Francia para ofrecer su visión: Valérie Poinsot, directora general de Boiron, y Jean François-Lurol, director de Comunicación del laboratorio. Este último añadió que en España “hay muchos intereses para que la homeopatía no esté considerada una opción terapéutica válida en muchos casos”. Y hasta ahí pudo leer.
Mientras estos trataban de explicarse, miles de internautas se sumaban al hashtag #PreguntaABoiron, creado por el periodista científico Luis Alfonso Gámez para que los usuarios de redes sociales pudiesen debatir sobre la fiabilidad de los productos homeopáticos. No obstante, miles de tuiteros aprovecharon la ocasión para descargar toda su ironía y dar rienda suelta a su lado más guasón. En pocos minutos, el hashtag se posicionaba entre los temas de mayor tendencia de nuestro país e inspiraba a más personas a poner a prueba su agudeza humorística. Solo hoy, el hashtag alcanza las 531.525 impresiones.
Tantos eran los tuits lanzados y tal la originalidad de los mensajes difundidos que, por mucho empeño que pusieron los responsables de la comunidad virtual de Boiron de contrarrestar esta acción, ni dieron abasto ni dieron la talla. El margen de reacción del community fue nulo, por lo que optó por bloquear a todo aquel tuitero que considerase un peligro para la reputación de la compañía. Craso error que hará que esta rueda de prensa pase a la historia y a los manuales de gestión de crisis.
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