Juzgar. Ese término del que muchos reniegan y otros tantos practican a diario. Está claro que las primeras impresiones nos marcan en sentido positivo o negativo por mucho que intentemos evitarlo. Lo hacemos con la gente anónima que nos rodea y también con los personajes públicos que aparecen en los medios de comunicación. Terminamos por crear en nuestra mente una imagen personal de muchos de ellos. Pero, ¿cuántas veces una entrevista ha logrado romper esos esquemas que habíamos construido precipitadamente? Porque la entrevista es un arte con un poderío extraordinario. Capaz de cambiar tu visión, algo que ha querido poner en valor la 13ª edición de ‘Havana Club 7. Historias que cuentan’.
Para homenajear a este género periodístico la nueva cita organizada por Havana 7 ha estrenado ubicación, el Gran Teatro Príncipe Pío, y ha contado con Monserrat Domínguez (Huffington Post), Fernando Sánchez Dragó, David Jiménez (El Mundo) y Olga Viza (Marca) como invitados. La velada se ha desarrollado en un acogedor spiegeltent y Helena Resano (laSexta) ha ejercido de moderadora en una noche donde los ponentes han mostrado puntos de vista muy dispares en torno a la entrevista.
Calificada por Olga Viza como “el género total”, tanto la histórica periodista como David Jiménez han apostado por la entrevista del personaje anónimo como aquella más auténtica. No hay intereses o una imagen que destruir y es ahí donde aflora la confianza del entrevistado. Le hace abrirse sin tapujos y le acerca lo máximo posible a la añorada conversación sincera. Sobre la mesa junto a los perfect serves otros apuntes como esa ‘rabia’ que aparece al finalizar cada entrevista, porque la mejor pregunta siempre se te ocurre después.
En lo que también han coincidido los invitados es en clasificar a la entrevista como el gran clásico de la prensa y de la radio. Ambos mundos han vivido desde sus inicios un idilio ininterrumpido a diferencia de lo que ha ocurrido con la televisión, donde este género ha estado ‘excluido’ de los horarios de máxima audiencia. Ahora ha regresado con fuerza gracias a los nuevos formatos de entrevistas que han irrumpido en la pequeña pantalla, eso sí, impulsados por atractivos envoltorios para el espectador.
Sin embargo, en las ondas o en la prensa la entrevista no necesita artificios. Puede ser de lo más directa, intensa y apasionante. Porque un gesto de un entrevistado en televisión impacta, pero un silencio en radio estremece y una frase en papel es lapidaria. Sea como fuere… larga vida a la entrevista.
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