“Alcanza la excelencia y compártela” (Ignacio de Loyola).
Vinyl, serie de HBO, es, sin lugar a dudas, la producción de un verdadero genio dotado de una creatividad y una mirada del personaje que lo elevan a todas luces por encima del resto de los directores cinematográficos. Martin Scorsese, ha vuelto a realizar una exhibición de talento dirigiendo el capítulo piloto, para, aunque fuera inimaginable por el medio del que se trataba, brindarnos otra obra maestra que debe disfrutarse como nunca vemos la televisión, es decir, con la luz apagada y en silencio.
De un valor documental incontestable está protagonizada por un inmenso Bobby Cannavale en el papel de Richie Finestra; hijo de un perdedor, padre de familia, cocainómano, coautor de un homicidio y presidente de American Century Records. Aun tratándose de una creación artística por delante de la información de una época irrepetible, se trata de un paseo magistral por los años de alegre insensatez y desbordante ingenio que fueron los 70´s. Con una estrategia narrativa que va atrapando el interés del espectador desde la secuencia de apertura, en un reflejo fidedigno de la realidad de New York y su escena musical de aquellos “maravillosos años” es, por supuesto, una historia de estrellas y estrellados que se mueven en un mapa de tugurios, salas de conciertos, calles del Bronx, jets privados, limusinas, cocaína y mujeres despampanantes que lía la mente más experta para llevarla a la confusión de no diferenciar lo fidedigno de la ficción, hasta el extremo de que, en algunos casos, ni comparando lo que tenemos por real con lo que aparece imaginado en la pantalla podríamos salir de dudas. ¿Alice Cooper estaba enganchado al golf? ¡Joder!
Vinyl es un alarde de buen gusto, un relato cronológicamente exacto de insuperable factura, en el que se cuida hasta el más mínimo detalle para conseguir diluir la distancia entre la imagen y el espectador que, lo quiera o no, acaba simpatizando con la idiosincrasia de un protagonista en proceso de desintegración anunciada que desprecia una oferta millonaria por la convicción absoluta de que nadie como él puede hacer negocio de la cultura del rock sin necesidad de comercializar basura. “He tenido una visión, una señal, llámalo como quieras, una epifanía… …el rock and roll esa puta energía, man. Olvidaos de Yes, de los putos Emerson, Like and Palmer. ¡Rock and roll, man! Como la primera vez que lo escuchaste. ¡Es rápido, sucio, te golpea en la cabeza!” Esa es la explicación que Finestra da a sus socios cuando asume la postura utópica que le lleva a dejar colgados a los directivos de Polygram con un contrato de compra-venta a falta de su firma.
Así es el ególatra, gozador e intuitivo protagonista que comparte su espacio con una fauna variopinta de irresponsables personajes para los que todo vale con tal de sobrevivir intentando no ser devorados por la asfixiante competencia. Además, en esta historia de pasiones, instintos y frustraciones, la emoción del espectador se dispara con una selección musical insuperable que únicamente algún dios todopoderoso ha podido realizar. Los covers de Julián Casablancas, Neko Case, The Carton Milk Kid, Aimee Man, The Arcs Watch o de cualquier otro artista que ha puesto su talento musical en esta obra resultan insuperables (los edita Atlantic Records en un volumen por capítulo).
En su estreno estadounidense, el pasado 14 de febrero, obtuvo el ridículo porcentaje de audiencia del 0´2 %. Rotundo fracaso que, además de no impedir que la HBO haya anunciado una segunda temporada, nos confirma que la sabiduría popular por una vez, y sin que sirva de precedente, tiene razón: “no está hecha la miel para la boca del asno.” Los cinco capítulos emitidos hasta la fecha, que llevan “in crescendo” el hechizo y el interés de la serie, se pueden descargar en HDTV 720p versión original subtitulada, por lo civil o por lo criminal, en las páginas especializadas.
Les dejo, esperando que llegue el domingo para continuar en la sorpresa de que también a través de la televisión se puede compartir la excelencia. Bueno, al menos Scorsese lo ha conseguido con una historia que es una fiesta de divertimento, música y nostalgia de un tiempo y una cultura irrepetibles que revolucionaron nuestras vidas e hicieron mejor las de quienes nos continuaron.
Antonio de La Española