Han pasado 3.653 días desde que a Jack Dorsey decidiese dar el pistoletazo de salida a uno de sus proyectos más ambiciosos y de mayor recorrido: Twitter. Lo hizo con el siguiente comentario:
just setting up my twttr
— Jack (@jack) 21 de marzo de 2006
Hablamos del nacimiento de lo que, por entonces, se conoció como ‘twtrr’ (un nombre bastante poco comercial), el cual se resumía en una prolongación de Odeo, una obsoleta plataforma de podcasting que, como es lógico, murió justo ese día con este nuevo lanzamiento. Hablamos, por tanto, de un cambio de tercio en el perfil de la misma, y de Dorsey, hacia una meta más social. ¿El primer paso? Dar rienda suelta a nuestras opiniones, limitándolas eso sí, a 140 caracteres. Este salto, en busca de la fama fue mucho más turbulento de lo que pudimos ver como meros usuarios (la basura siempre se barre hacia adentro). De hecho, se dice que el propio CEO no le prestaba a la red social toda la atención que esta requería. Se centraba más en temas personales (y en una, inexistente hoy, carrera como diseñador de moda). Esto originaba quejas de los usuarios ante los continuos fallos del producto.
En 2008 Dorsey salió y, curiosamente, Twitter empezó a subir como la espuma. Su nuevo responsable, Evan Williams, pareció dar con la tecla o, al menos, supo parar la sangría abierta por su predecesor. Sin embargo, las alas del pájaro seguían sin permitirle volar en condiciones. ¿El motivo? Continuaba sin estar definida su actividad real. Un problema que Williams traspasó a su sucesor, Dick Costolo, cuando este aterrizó en las oficinas de San Francisco. Un ejemplo de esta falta de identidad, de indefinición de su ADN, llegó con Dick ya al mando. Tras dos años al mando, definió Twitter como: “Una plaza global donde la gente debatía y discutía”. Dos años después, y con la salida a Bolsa, la visión era distinta. Se había convertido en una: “plataforma de comunicación en tiempo real”.
Costolo tampoco lo tenía claro, ni lo tuvo nunca. Eso sí, supo envolver a Twitter en una burbuja, entrada a Bolsa incluída, gracias a la cual todos pensamos que era una máquina de generar dinero. De hecho, sus acciones llegaron a valer 44 dólares (tras sonar la campana de Wall Street). Hoy, ha caída a un valor que la deja bajo mínimos. Este descenso ha originado movimientos tanto a nivel de producto como de organización. Ha habido despido, salidas voluntarias,… Y lo que no conocemos porque, como dijimos previamente… La basura siempre se barre hacia adentro. ¿Lo peor? Se dice que el hombre tropieza dos veces, y hasta tres, en la misma piedra. Quizás por eso, tras su horrible estreno, Dorsey ha regresado a su casa para tratar de mejorar (no es difícil) el trabajo realizado años antes, cosa que no está teniendo lugar. Y mientras Facebook… ¡Al alza!
Los números hablan por sí solos
Twitter ha dejado mucho, y bueno, a lo largo de su historia. 320 millones de fieles, como comentábamos antes, que han llenado sus timelines, y los de sus seguidores, con todo tipo de comentarios. De hecho, la media al día es de 500 millones de tuits (en todo el mundo claro) o, en su término más simple, 70.000 millones de caracteres cada 24 horas. ¿Y al año? Hagan el cálculo, aunque la cantidad es estratosférica. Todos estos comentarios llegan desde múltiples vías, generadas por las nuevas tecnologías. ¿La más usada? El teléfono móvil, como es lógico. Este dispositivo, que podríamos considerar en muchos casos como una prolongación de nuestro brazo, acumula el 80% de los comentarios que se vierten en Twitter. Unos tuits que no siempre llegan desde la cuna de la Red Social. De hecho, la mayoría son ‘foráneos’ (el 79%). Así, y de entre los 35 idiomas que permite, desde nuestro país, y para comentar en español, se conectan cerca de once millones de personas cada mes.
Este carácter global no ha salvado a Twitter de un hundimiento que, en sus oficinas, veían venir desde hace tiempo. De hecho, el pasado 2015 cerró con unas cifras inferiores a las esperadas. En usuarios, la reducción no fue muy escandalosa (5 millones). En ingresos, sí: 521 millones de dólares. También hay que tener en cuenta que crecieron sus ingresos gracias a una mejor monetización de la plataforma. Ganó 710 millones de dólares. Pero… ¡Ni con esas! De momento, y contabilizando las salidas producidas hace tan sólo unos meses, los sueldos que Dorsey aún tiene que pagar corresponden a 3.900 personas en todo el mundo. ¿Los mantendrá o se verá obligado a abrir la puerta a más gente?
10 años de malas decisiones empresariales
Da igual quien se cuelgue el calificativo de CEO. Twitter, a lo largo de sus 10 años de vida, no se ha caracterizado por su buena mano a la hora de dar ‘el siguiente paso’. Así, existen tres momentos que destacan entre todos los fallos comentidos. La primera mala decisión que se tomó desde su cúpula fue el reducir el papel de los desarrolladores mediante una serie de reglas con las que, curiosamente, la idea inicial era tener un mayor control de la misma. Una bofetada a aquellos que, en Facebook, habían acelerado su crecimiento. Éste movimiento desastroso se unió al originado desde 2011 y hasta 2012 y que terminó por limitar el acceso a ‘apps’ de terceros y que tiró por tierra el crecimiento acumulado en los meses pasados.
Tras esto, otro de los hándicaps que siempre ha acompañado a Twitter ha sido su política de privacidad… ¡Y de censura! De hecho, el propio Costolo aseguró a sus empleados (y por accidente a la prensa): “Somos pésimos a la hora de combatir el abuso en Twitter. Me avergüenzo de ello”. Una actividad que se ha prometido cambiar en muchas ocasiones pero que, hasta la fecha, sigue igual (a pesar de las variaciones en las normas). Pero si hay algo que trae a sus directivos por la calle de la amargura es el haber dejado escapar el negocio de la mensajería instantánea. Ellos estuvieron primero, pusieron la primera piedra, con sus DM,… ¡Para ver como Whatsapp o Telegram le comían la tostada! No supieron reaccionar, a pesar de estar sentados en el Palco VIP frente a los mejores agentes. Ahora, aunque quieran, ya es tarde. ¿Qué sería de ellos si hubiese aprovechado este campo? Les iría mejor, eso seguro.
Twitter también tiene un lado frívolo
Twitter nos ha dejado muchos momentos para el recuerdo. El más reconocido corresponde al selfie de Ellen de Generes en la gala de los Oscars de 2014
If only Bradley’s arm was longer. Best photo ever. #oscars pic.twitter.com/C9U5NOtGap
— Ellen DeGeneres (@TheEllenShow) 3 de marzo de 2014
Más de 3 millones de ‘retuits’ y más de 2 millones de ‘me gusta’ le avalan. Sin embargo, no es la presentadora la que más seguidores acumula (aunque si tiene muchos). Éste “honor” recae sobre la cantante Katy Perry, con más 84 millones de adeptos a sus comentarios. En España, el más seguido en Alejandro Sanz con más de 13 millones. Sin embargo, no es a la ‘Perry’ a la que más mencionan. Justin Bieber le arrebata el cetro con 943 millones acumulados desde que nació su cuenta.
Agarrándose a la televisión
Twitter ha querido instalarse en muchas plataformas y, hasta la fecha, aquella que le reporta mayores beneficios (en lo relativo a marca) es la denominada ‘caja tonta’. Y es que, los usuarios de esta última han adquirido la costumbre de entremezclarla con la primera hasta el punto de, todos los programas, por ejemplo, preparan un hastag concreto para cada programa. ¿El motivo? Ser tendencia, estar en lo más alto de los TT y, como decíamos, hacer marca, gratuitamente, con ello. Se aprovechan de que, como argumenta un estudio elaborado por IPSOS MediaCT, uno de cada dos usuarios de la Red Social es ávido consumidor de televisión.
Pero este perfil no se queda ahí: busca más allá (contenidos exclusivos, ‘apps’ específicas… incluso servicios on demand). Este vínculo, el único que aún no le ha robado Facebook (de momento), se refuerza al ver que el 89% de estos usuarios tiene frente a él varias pantallas cuando está viendo sus contenidos favoritos (realities y series sobre todo). Además, y como bien comentan desde IPSOS, son ‘influencers’. Lo reflejan aquellos, el 40% concretamente, que dice haberse enganchado a un producto audiovisual al ver un comentario en Twitter. ¿Será la pequeña pantalla la tabla de salvación o un mero parche?
Seguiremos Informando…