Hay lugares físicos en los que vivimos, pero también hay lugares emocionales, y hasta espirituales, que se convierten en nuestro hogar interior. Hoy me gustaría ayudarte a redecorar este último y que seas tú mism@ quién decida qué habitaciones quieres tener y cómo quiere que sean. Este rincón personal no requiere de alquiler ni hipotecas, es tuyo en propiedad y está conectado con lo que es tu esencia.
En programas anteriores hemos sugerido que lo contrario al amor no es el odio sino el temor. ¿Cuántas veces te has sentido paralizad@ por sentir miedo por algo? Es una situación muy incómoda y frustrante. Si bien el miedo en su medida es algo que nos ayuda, nos avisa, nos previene para actuar en consecuencia, otra cosa muy diferente es vivir desde el miedo, desde el temor. Estar constantemente preocupados por lo qué nos podrá pasar.
Volviendo al miedo. ¿Por qué tenemos miedo? Y me refiero a cuando es ya algo patológico. Tengo la creencia y la experiencia de que cuando no nos queremos a nosotros mismos, cuando no llegamos a percibir el propio amor de los demás y hasta el incondicional del universo. Es cuando el miedo asoma y crece. Es imposible que convivan el amor y el miedo. Por eso te proponía al principio crear tu hogar interior. ¿Te animas a hacerlo conmigo?
- Busca un lugar tranquilo, un momento en el que nadie te moleste donde hacer este ejercicio. Si quieres, puedes poner algún elemento que te ayude a crear un estado de calma, como unas velas, música ambiental,…
- Toma una postura que sea cómoda para ti y que te permita estar relajad@ y empieza a hacer una respiración consciente y profunda inhalando el aire por la nariz y echándolo por la nariz o por la boca. Hazlo despacio, llevando el aire al estómago y haz una pausa reteniendo dicho aire antes de expulsarlo. Repite esto cinco veces y luego vuelve a tu ritmo habitual de respiración.
- Imagina tu hogar interior y elige “el cuarto del amor”, una habitación en la que puedas sentir el amor incondicional hacia ti mism@. Visualízate abrazándote y también recibiendo todo el amor de los que te quieren y del universo, como si fuera una bola de luz que llena todo ese espacio interior.
- Permanece en ese estado el tiempo que desees hasta que puedas sentirlo con la máxima intensidad. Cuando lo tengas grábalo en tu mente y en tu cuerpo haciendo una ligera presión en la palma de tu mano a modo de anclaje.
- Vuelve a respirar profundamente y sal del ejercicio al momento actual aquí y ahora.
A partir de este momento puedes recurrir a tu hogar interior a través de este anclaje cuando sientas miedo. Verás como funciona. Practícalo cuantas veces sea necesarias, créelo y siente ese amor que despide al miedo.
Seguiremos Informando…
