El sector de la salud es uno de los que más partido está sacando del sensor Kinect, lanzado por Microsoft en el año 2010 para la videoconsola Xbox para disfrutar con más realismo de los videojuegos. ¿Los motivos? Su virtud de ser capaz de reconocer el cuerpo, los gestos y los movimientos de una persona, y de poder controlar aplicaciones sin tocar ninguna clase de mando ni de pantalla táctil, despertó el interés de los desarrolladores del ámbito sanitario por crear proyectos que mejorasen la asistencia a determinados tipos de pacientes, como por ejemplo, ancianos con enfermedades neurodegenerativas o personas con daño cerebral adquirido.
Sin ir más lejos, en España existen varios proyectos de ejercicios de rehabilitación motora y cognitiva que utilizan la Xbox Kinect. Uno de los más interesantes es Kinecthabilitación, creado por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos. En este caso, Kinect se comporta como un completo rehabilitador en la esclerosis múltiple. El paciente realiza desde su casa una batería de sesiones de ejercicios por videoconferencia, siguiendo un calendario acordado con su fisioterapeuta.
La industria médica también ha sabido sacer provecho de las posibilidades de este periférico para evitar complicaciones quirúrgicas. La aplicación TedCas, compuesta por una máquina de bajo consumo sin ventilador conectada a Kinect para manejar una aplicación web, ha supuesto un hito para la cirugía asistida por ordenador. El cirujano no necesita tocar nada para controlar el sistema en tiempo real, con lo que se reducen las infecciones.
Sensores Kinect para crear una imagen en 3D del torso del paciente
Recientemente, investigadores del Institute of Digital Healthcare (WMG) de la Universidad de Warwick y el Institute of Inflammation and Ageing, University of Birmingham and Heart of England NHS Foundation Trust (HEFT), han descubierto una nueva aplicación para este periférico: evaluar las funciones respiratorias de los pacientes y controlar las condiciones de enfermedades tales como la fibrosis quística, la bronquitis crónica, el enfisema o las vías respiratorias obstructivas. Su trabajo está detallado en el paper “Chest Wall motion Analysis in Healthy Volunteers and Adults with Cystic Fibrosis using a Novel Kinect-based which is published” publicado en la revista Medical & Biological Engineering & Computing.
El sistema consta de un software y cuatro sensores Kinect que son capaces de crear rápidamente una imagen en 3D del torso de un paciente. Esto permite a los médicos medir y evaluar el modo en que se mueve la pared torácica. En los test con maniquí de reanimación y en adultos con fibrosis quística, este método ha demostrado ser tan preciso como cuando el paciente con enfermedad pulmonar utiliza un espirómetro. Pero además, es capaz de proporcionar información adicional sobre el movimiento del pecho, lo que podría ayudar en la identificación de numerosos problemas respiratorios.
El líder del proyecto, el Dr. Chris Golby, asegura que “este prototipo de bajo coste (cada sensor cuesta 100 libras) proporciona una medida más amplia de la función respiratoria de un paciente que la que se extrae de los métodos de respiración existentes”. Este doctor explica que “hay patologías pulmonares que con la espirometría no se pueden detectar, como es el caso de los segmentos pulmonares colapsados o debilidades en los músculos respiratorios”. Pero sus usos podrían ir más allá: “Es potencialmente útil en la evaluación de los cambios en la fisiología respiratoria que se producen durante el ejercicio”, subraya.
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