Si buscamos en Internet, aparecerán cientos y miles de noticias avaladas por sexólogos, historiadores e investigadores sobre las propiedades cosméticas del semen. Según estos, el semen se lleva utilizando desde hace siglos como un rejuvenecedor natural, sobre todo para el cutis femenino. Cleopatra mismamente tenía ya en el Antiguo Egipto un fiel siervo a su servicio cuyo cometido era única y exclusivamente proporcionarle a la reina egipcia el abastecimiento necesario del susodicho elemento para su posterior aplicación sobre el rostro. Así lo aseguran quienes han consultado los registros de papiro de la época.
El secreto de belleza atesorado por Cleopatra volvió a instaurarse en nuestros días como un buen remedio para retrasar el envejecimiento, penetrar en la epidermis o estimular los procesos de reparación del ADN de las células. Son cientos las noticias en las que se dice que la unión de líquido seminal con esperma tiene un alto contenido en proteínas, vitamina C, calcio, hierro, fósforo, selenio o zinc, entre otras cosas. Además, resulta que existen estudios que demuestran que el semen tiene propiedades astringentes, rehabilitadoras y antioxidantes, es decir, ayuda a tratar los poros abiertos y deja el cutis terso, liso e hidratado evitando los incómodos pinchazos que supondría someterte a un tratamiento de botox y, lo más importante, sin dejarte un dineral.
La evidencia científica al respecto es escasa, pero eso no ha impedido que algunas mujeres, salvando escrúpulos y consideraciones higiénicas, se hayan planteado recurrir al secreto de belleza de Cleopatra para lucir una piel aterciopelada, disminuir arrugas y eliminar imperfecciones. ¿Por qué no? Pero, ¿todo son beneficios o puede causarnos daños indeseables en la piel? Eso es lo que asegura que le ha ocurrido a la paciente que el pasado 24 de marzo ingresaba en el Hospital General de Móstoles (Madrid). Según el informe de triaje, la susodicha acudió a este centro sanitario aquejada de sufrir quemaduras en la cara por haberse aplicado el esperma de su marido.
¿Fake o realidad? Según los dermatólogos consultados por prnoticias, “las características químicas del semen humano no tienen capacidad irritante sobre las mucosas ni sobre la piel”, por lo que parece que la verdadera procedencia del fluido utilizado por esta paciente es todo un enigma.
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