La seguridad siempre ha sido la asignatura pendiente de Whatsapp. También es cierto que, en las últimas fechas, la mensajera está trabajando para paliar las deficiencias que, hasta ahora, ha escondido su plataforma y que han tenido en vilo, en alguna ocasión al menos, a los más de un millón de usuarios activos con los que cuenta. Para ponerle freno ha puesto en marcha un sistema que ha denominado ‘end to end’ (extremo a extremo), el cual ya quiso incluir hace un par de años en una de sus actualizaciones pero, por temas técnicos, no ha salido hasta ahora. Más vale tarde que nunca, como dice el dicho.
¿En qué consiste? Este ‘extremo a extremo’ de Whatsapp permite que sean exclusivamente el emisor y el receptor lo que puedan leer los mensajes que se envían entre ellos. ¿Cómo bloquea el acceso de terceros? A través de unas claves criptográficas que impiden el paso (el infractor necesitaría conocerlas para ello). Las mismas que son ya una realidad gracias a Open Whisper Systems, empresa que se ha encargado de generarlas, al igual que su protocolo de puesta en marcha, y de bautizarlas: TextSecure.
Con todo esto, se rompe el proceso normal de envío de información instantánea, el cual hace que cada mensaje, antes de aterrizar en el dispositivo del destinatario, pase por distintos servidores que procesan lo escrito. Ahora, ni la misma Whatsapp puede inmiscuirse en ellos. Un avance que el sector aplaude, más aún tras el enfrentamiento Apple – FBI en la matanza de San Bernardino. De hecho, la ‘app’ no cuenta con un almacén, como si hacen otras, al no tener servidores dedicados a ello.
Eso sí, para gozar de esta protección, hay que contar con la última actualización. ¿Queréis comprobarlo ya que sois muy curiosos? Lo podéis hacer mediante el código localizado en la pantalla de información de chats individuales o de grupos. Es un código QR de 60 dígitos. Son únicos, por lo que, si coinciden los de emisor y receptor… ¡Esta activo! Sino… ¡Siga jugando!
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