Novartis ha organizado la cuarta edición del simposio ‘Thinking Science in MS’, un punto de encuentro para profesionales de la neurología dedicados a la Esclerosis Múltiple (EM), que en España se estima que afecta a cerca de 47.000 personas y es una de las enfermedades neurológicas más comunes entre la población de 20 a 30 años. El fin principal de estas jornadas es el de ampliar y actualizar la información sobre los diferentes aspectos de la Esclerosis Múltiple. “Se trata de una reunión entre profesionales de la neurología dedicados e interesados en la EM y en el cuidado y el tratamiento de los pacientes con esta enfermedad”, ha explicado la Dra. Amaya Álvarez de Arcaya, neuróloga del Hospital Universitario Araba y una de las coordinadoras del evento. Para ello, el encuentro ha contado con tres mesas redondas en las que diferentes expertos de toda España han abordado los dilemas que surgen en el ámbito del diagnóstico; los nuevos retos que se plantean en el tratamiento de la enfermedad y los desafíos actuales en las terapias de la Esclerosis Múltiple Progresiva. En relación a su diagnóstico, la Dra. Álvarez de Arcaya ha comentado que “hoy por hoy la enfermedad sigue basándose en un diagnóstico de exclusión. La conjunción de una clínica determinada con los resultados de pruebas complementarias, entre las que tiene un destacado papel la Resonancia Magnética (RM), nos orienta al diagnóstico, pero siempre después de descartar otros procesos que puedan justificarlos”.
A este respecto, la Dra. Álvarez de Arcaya ha hecho hincapié en que “existe un creciente interés a nivel mundial en esta patología. Hemos pasado de no tener ninguna terapia específica para esta dolencia al inicio de la década de los noventa, a disponer de más de diez fármacos moduladores de la enfermedad. Posiblemente estemos consiguiendo modificar el curso de la enfermedad, retrasando el avance a una fase progresiva”. La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno crónico del sistema nervioso central (SNC) que afecta al funcionamiento normal del cerebro, el nervio óptico y la médula espinal provocando inflamación y pérdida de tejido. La evolución de la EM resulta en una pérdida creciente de la funcionalidad física (por ejemplo, dificultades para caminar) y cognitiva (por ejemplo, problemas para realizar tareas mentales o de memoria). Esto tiene un impacto significativo sobre alrededor de los 2,3 millones de pacientes con EM en todo el mundo. Se trata de una enfermedad que se presenta en los inicios de la edad adulta, entre los 20 y los 40 años.
Sobre la evolución registrada por las diferentes terapias contra la EM, se ha resaltado que cada vez se intenta personalizar más el tratamiento, individualizando el mismo en función de la actividad de la enfermedad, perfil de eficacia del tratamiento y teniendo en cuenta las condiciones personales y preferencias del paciente. La misma doctora ha recordado que en la actualidad “los tratamientos actúan sobre todo frente al componente inflamatorio, no sobre el componente degenerativo y de daño axonal, que es el que finalmente condiciona la discapacidad de los pacientes”.
Por otro lado, durante la jornada se han tratado los avances en el tratamiento de la Esclerosis Múltiple en la fase Progresiva y han analizado las perspectivas de futuro pues según ha indicado la Dra. Álvarez de Arcaya “vivimos un momento muy ilusionante ya que existe un gran interés en el conocimiento y manejo de este proceso”. Los especialistas distinguen tres tipos de esclerosis múltiple: la EM Remitente recurrente (EMRR), caracterizada por episodios de inflamación aguda del SNC con empeoramiento de la función neurológica, seguida de periodos de remisión en que se recupera parcia o completamente. La EM Secundariamente Progresiva (EMSP), se produce con acumulación gradual de disfunción neurológica, después de una fase inicial de recaídas y remisiones, y con independencia de la presencia o no de brotes. Y, por último, la EM Primariamente progresiva (EMPP), las personas muestran desde el inicio una acumulación continuada y creciente de secuelas neurológicas, sin una fase previa de brotes y remisiones.