Nueve de la mañana. Redacción. Las noticias empiezan a cobrar forma, tras horas de documentación, escritura y edición. Media hora más tarde, todas ellas empiezan a publicarse. Corren ríos de tinta (digital), mientras los Community Managers calientan sus dedos para tratar de convencer a los usuarios, por ejemplo, de Twitter o Facebook, de que sus contenidos superan a los de la competencia. Un trabajo de difusión que los medios consideran vital y que, tras el estudio de Parse.Ly, puede cambiar. Sobre todo, en lo relativo al uso de Twitter. Y es que, tras analizar a 200 medios durante dos semanas (las primeras del mes de enero), la conclusión fue que sólo el 8,5% de las visitas de diarios como Business Insider, Upworthy, Slate o The Daily Best procedían de esta plataforma.
Esto se traduce en que, de media y en cada contenido, los editores publican en Twitter 8 mensajes (con link), en el que clican 3 usuarios, de los que ni siquiera uno (0,7) hace retuit. Si es cierto, también, que hay un 5% que, tras el alias de ‘top’, comenta 180 veces cada contenido, generando 18 clicks y 4 retuits en ellos. ¿Se pueden mejorar? El informe, lejos de ayudar de forma directa, no desvela una fórmula mágica para reavivar la llama. Sólo advierte algo que es de perogrullo: para que el trabajo realizado no caiga en saco roto, se debe conocer bien el gusto del público al que uno se dirige. De hecho advierte que: “Los sitios que están haciendo un buen trabajo en la plataforma no son necesariamente los más activos”. Así, y como decíamos antes: “Son las cuentas que están produciendo contenido interesante y compatible las que atraen a un gran número de personas”.
Twitter no es plataforma de un solo modelo de comentarios
Twitter divide sus comentarios, como bien saben los expertos (y refrenta Parse.Ly), en dos categorías que nunca debemos olvidar a la hora de enfrentarnos a una estrategia social media. La primera incluye los llamados tuits ‘de conversación’, los cuáles agrupan a un gran número de gente hablando sobre un tema concreto a lo largo de un periodo de tiempo prolongado. Es la más habitual y contrasta, por la brevedad, con las de ‘ultima hora’ las cuales reúnen picos amplios de audiencia en un corto espacio de tiempo.
Un ejemplo de la primera, conversacional, yace en la espalda de las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos de 2016. Un evento que, a pesar de afectar directamente a un país en concreto, genera opiniones desde todos los puntos del mundo, hecho que lleva haciendo desde hace meses. De hecho, para que nos hagamos una idea, 1,9 millones de comentarios se generaron en el mes de marzo, lo que corresponde al 6% del total. Lidera, como no, Donald Trump con 1,3 millones. Sin embargo, y como ejemplo de Última Hora, tenemos los Ataques de Bruselas, que dieron lugar a 92.000 tuits en 24 horas (de los que un tercio se dieron en las primeras seis). Un pico puntual que se fue diluyendo con el paso de los días.
Twitter es más útil cuando cuando hablamos de estas últimas. De hecho, como podemos ver a diario, la actualidad llena nuestros ‘timelines’ de manera indiscriminada. Así, la plataforma es, por poner un simil, una plaza pública en la cual se presentan los contenidos a la espera del veredicto de profesionales y público generalista. Lo que no termina por cuajar es su uso como fuente global. Para ello, los usuarios prefieren Facebook o, como no, Google. Sólo si hablamos de economía, les saca un cuerpo de ventaja.
Cuarto, tras Facebook, Google y Yahoo
En resumen, Twitter no debería ser un referente para los medios, al menos en Estados Unidos, si valoramos los datos obtenidos y lo que refleja la gráfica, en la cual se ve lo que previamente comentábamos (Facebook y Google lideran). De hecho, Yahoo supera a la plataforma social, que se queda en un paupérrimo cuarto lugar, a poca distancia del quinto, Bing. Los datos son bastante reveladores e invitan a realizarse una pregunta… ¿Por qué los medios son tan cabezones y no cambian de rumbo a la hora de mostrar su material?
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