Si buscamos un adjetivo que defina a las fuerzas de seguridad estadounidenses, este bien podría ser ‘histéricas’. Y es que, tras el 11-S, lo que era una sociedad precavida con un gobierno en alerta, se convirtió en un país que ve atentados tras cada esquina y que, así, está protegido por agencias que apuntan a todo lo que se mueve. De hecho, el ataque terrorista perpetrado por Al-Qaeda dio lugar, de forma casi inmediata, a la puesta en marcha de programas con los que dar vida a herramientas que pudiesen erradicar cualquier amenaza, por muy pequeña que fuese.
Todas estas iniciativas, o al menos la gran mayoría, cuentan con una inversión de la que la sociedad de capital riesgo de la mismísima CIA, In-Q-Tel, tiene culpa. Lo que nunca se ha desvelado, hasta ahora, es que entre las actividades encubiertas que dichas empresas afectadas llevaban a cabo, existían casos en los que el objetivo eran las plataformas sociales que utilizamos a diario. Nombres como Dataminr, Geofeedia, Pathar, y TransVoyant, desconocidos hasta el momento, son las culpables indirectas. Cuatro compañías que, según informa The Intercept, crearon plataformas cuyo objetivo final era explotar, de manera indiscriminada, los datos que generaban las diferentes redes sociales, centrando el tiro, en la mayoría de los casos, en Twitter. Así se confirmó en el CEO Summit celebrado en el mes de Febrero en San José.
Con el Estado Islámico como objetivo prioritario
Las investigaciones realizadas al respecto concluyeron que, la misma CIA, había ido incrementando, con el paso de los años, la partida dedicada a esta minuciosa monitorización. Un hecho que la agencia ya no esconde y que tiene como objetivo principal la extinción del terrorismo islámico. De hecho, David Cohen, funcionario de alto rango de la misma, analizó en una charla realizada en la Universidad de Cornell, las múltiples opciones, y peligros, a proteger provenientes de ésta parte del mundo: “Cuentan con un gran manejo de las Redes Sociales lo que refleja el peligro que supone el uso de esta tecnología por su parte”. De hecho, muchos de los mensajes captados por las autoridades americanas guardan relación con este grupo armado, lo que potencia su forma de actuar: “Los Tweets de ISIL, y los mensajes procedentes de otros medios sociales, nos dan información sobre sus actividades. Son un valor real para la inteligencia” agregó en su ponencia.
La CIA pide y ellas ejecutan
Como bien comentábamos en el inicio, la CIA, de la mano de nuevo de brazo inversor, In-Q-Tel, ha creado cuatro empresas encargadas de esta labor más… social. La primera de ellas es Dataminr la cual ofrece un flujo de datos muy completo, de Twitter, a través del cual la agencia podía, y puede, detectar las tendencias de sus posibles enemigos al igual que las distintas amenazas emergentes. A su lado operaba, y lo sigue haciendo, Geofeedia. En su caso, su trabajo era la recolección de etiquetas geográficas procedentes de Instagram o Twitter, con las que poder conocer, en directo, cualquier suceso que ocurre en dichas redes.
Otra marca que está en continuo contacto con la CIA es Pathar. Ésta es usada para captar las distintas redes de asociación que pueda haber en Twitter, Facebook o Instagram. También investigan posibles signos de radicalización o, incluso, centros de influencia. Para terminar, que no menos importante, cuenta también con TransVoyant, encargada de realizar análisis de múltiples puntos de datos relacionados con la toma de decisiones de los distintos grupos. Ninguna de ellas ha querido atender a ningún medio, hasta la fecha.
La inversión no es nueva, aunque crece cada año
En los últimos 10 años, In-Q-Tel ha llevado a cabo diversas apuestas económicas en empresas cuya meta es el escaneo de enormes conjuntos de datos. En 2009, se hizo con Visible Technologies, compañía experta en la gestión de la reputación a través de Internet. En 2010, se hizo también con NetBase, firma especializada en el análisis de medios sociales, además de Recorded Future, marca de monitorización web y predicción de eventos futuros. Estas apuestas, que carecían de sentido por entonces, empiezan a ser comprensibles, más con la lluvia de millones que están cayendo en mano de las empresas del sector en la actualidad. Además, y en aras de seguir subiendo escalones al respecto, la CIA, e In-Q-Tel, se han adentrado en Sillicon Valley con Lab41, espacio dedicado íntegramente a crear tecnología para el futuro. Todo, para controlar las plataformas sociales, tanto a nivel nacional como mundial. ¿Será suficiente? Seguro que para ellos no.
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