A Google la alegría le ha durado muy poco. Y es que, tras conocer que el Supremo de Estados Unidos fallaba a su favor en la eterna batalla (11 años de duración en total) contra el Sindicato Americano de Autores, llega la Comisión Europea y le acusa de abusar de su posición dominante, al obligar tanto a los fabricantes de dispositivos como a los operadores a instalar en Android tanto su buscador como su navegador, entre otros muchos servicios. De hecho, se tienen indicios de que la tecnológica ha pagado por ello. Ambas posturas han sido defendidas, desde que saltó la noticia, por Margrethe Vestager, la cual ha dejado clara la que es su preocupación principal: “Nuestra miedo es que, al exigir a los fabricantes de los teléfonos, y de los operadores, que incorporen una serie de aplicaciones de Google, en lugar de dejarles decidir por sí mismos, se puede interrumpir una de las mayores vías por las que los consumidores pueden acceder a nuevas aplicaciones”.
Google, de momento, conoce las intenciones reales de la Comisión, sobre todo tras la recepción de un extenso pliego con los cargos a los que puede responder en las próximas 12 semanas. Un periodo de tiempo en el que cuenta con la opción de presentar sus respectivas alegaciones o pedir una vista oral en la que poder dar explicaciones al respecto y en persona. De hecho, si lo hace, ya pueden ser buena ya que, de no convencer a Bruselas, el 10% de su facturación puede ser el montante de la multa que le impongan. Esto, en números, equivale a 6.500 millones de dólares. Algo que, por otro lado, no se espera que suceda aunque se la declare culpable, ya que nunca la CE ha ejecutado una sanción de esa enjundia.
Google ha dado ya su versión de los hechos
Google ha dado el primer paso para apagar el fuego. Lo ha hecho en un comunicado a través de su blog, firmado por Kent Walker, Senior Vice President & General Counsel. En él defiende, en primer lugar, su postura al respecto sin quitarle un ápice de relevancia a las acusaciones: “Nos tomamos estas preocupaciones muy en serio. Sin embargo, creemos que nuestro modelo de negocio permite a los fabricantes reducir sus costes y tener mayor flexibilidad al tiempo que le da la opción de ofrecer a sus clientes un control sobre sus dispositivos móviles que no cuenta con precedentes”. Además, defiende la voluntariedad en la firma de los acuerdos por parte de los partners, retando de forma encubierta a la CE: ” Los acuerdos con los partners son completamente voluntarios. Cualquiera puede utilizar Android sin Google. Probadlo. Puedes descargarte el sistema operativo entero de manera gratuita, modificarlo todo lo que desees y construir un teléfono con él. Compañías como Amazon ya lo que hacen”. Además, niega el freno a las apps ajenas a él con ejemplos: “La popularidad de apps como Spotify, Whatsapp, Angry Birds, Instagram, Snapchat y muchas otras, muestra lo fácil que es para los usuarios utilizar aquellas aplicaciones que más les gustan y que son externas a Google. Más de 50.000 millones de ellas se han descargado en Android”.
¿Qué preocupa realmente a la CE?
Sea como fuere, y con las explicaciones de Google presentes, la Comisión Europea sigue tensa por tres motivos (todos incluidos en el famosos pliego). El primero indica, como bien hemos dicho previamente (con respuesta de Google al respecto), que por contrato se obligue a incluir Google Search o Chrome, por ejemplo, lo que invita a los usuarios a dejar de buscar alternativas. Tras esta, defiende que Google tendría que ofrecer, a todo fabricante que quiera monopolizar su dispositivo con productos de Google, un acuerdo de antifragmentación que deje claro que decide libremente no ofertar un Android libre. La tercera, de la cual se sabe poco, de rumorea que incluye la palabra ‘comisiones’ (en un formato más políticamente correcto llamado “incentivos económicos significativos”.
Sea como fuere, y con la batalla en su punto más álgido, los verdaderos afectados no pueden decir nada (aunque estén metidos hasta el cuello de forma indirecta). Todo a pesar de que su porcentaje, en lo relativo a uso de Android, es elevado (80% a nivel mundial y 90% en España). Así, sólo pueden esperar el veredicto, mientras contemplan desde la grada como los contendientes buscan el KO del rival. ¿Quién se llevará la victoria?
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