Esta semana en prnoticias hemos publicado un interesante informe en el que se reflejan las claves del nuevo periodismo que quiere impulsar el diario El País. Independientemente de lo anecdótico que puede ser cambiar el modelo de trabajo desmantelando la redacción, instaurando puestos “volantes”, taquillas y portátiles, lo realmente grave de este modelo es que ahora a los jefes de El País creen que el futuro de esta profesión pasa por tener cada vez más usuarios únicos en Internet.
No nos olvidemos que el diario de Prisa sigue siendo el periódico impreso de mayor tirada, el más leído según el EGM y el que tiene más clicks en internet y que es probable que sus cambios de rumbo afecten a todo el sector. Es por ello la gravedad de sus nuevas maneras de enfocar la profesión. Como hemos contado en prnoticias lo que ahora importa es convertirse el periódico en una máquina de producir clicks y para ello la clave es generar polémica, estar todo el día monitorizando qué pasa en redes sociales y finalmente producir textos fútiles que sólo generen ruido y más seguidores en todos los soportes.
Contrastar fuentes, buscar contextos y en definitiva explicar las cosas, es parte del pasado en este modelo, tanto es así que ante la pregunta de los redactores a los directivos de El País sobre el futuro de los temas propios y las investigaciones, se les contestó con un gravísimo “los podéis hacer en casa y en vuestro tiempo libre”. ¿Y los temas? Ya solo interesa el consumo y lo “que afecte a la gente”. Un reduccionismo supino que solo simplifica nuestra realidad social a lo que pase en Internet y a las polémicas de unos pocos. La política, la cultura y la ciencia quedan en un segundo plazo, y parece que ya no hay vuelta atrás.
Evidentemente El País puede hacer lo que estime conveniente, pero con esta estrategia de estar más cerca de la gente, definitivamente se están alejando aún más de sus lectores, o usuarios como les llaman ahora. Internet es el pasado, el presente y el futuro de los medios, lo decimos desde prnoticias -medio digital con 17 años de vida- pero la realidad no está en Internet, o no toda. Las historias siguen estando en la calle, en los despachos, en las reuniones secretas, en las fuentes y por supuesto en la gente. No se trata de elitismo, se trata de fiscalizar al poder y para eso el periodista tiene una función privilegiada en la sociedad, un olfato que no se entrena exclusivamente monitorizando twitter ni las redes sociales.
¿El click a cualquier precio? No gracias
