No soy muy seguidor del fútbol lo reconozco. Pero, en este caso, me gustaría tocar un tema que quizá a los que os gusta este deporte os haya llamado la atención y, a los que no, también. Veréis: hace unos días el Barcelona perdió un partido contra el Valencia y en la rueda de prensa el periodista Víctor Malo, del diario ‘Gol’, le preguntó sobre la influencia de la preparación física en el bajón de resultados del Barça. Atentos al lenguaje no verbal de Luis Enrique.
Después de escuchar, en este caso, al líder de uno de los equipos más importantes del mundo, me gustaría que me dieseis vuestra opinión en los comentarios que más abajo encontraréis. A este tipo de personas le sigue mucha gente y es un referente para muchos… Tenedlo en cuenta.
¿Es un buen líder?
Para hablar de liderazgo, y de mucho más, tenemos a Jane del Tronco. Ella reconoce que su pasión son las personas en general el conseguir que se sientan más capaces y satisfechas: “Como profesional con doble perfil, comercial y humanista, lo que me entusiasma es facilitar a los profesionales y las organizaciones que encuentren ese valor añadido que les encaminará hacia el éxito, lo que trabajo a través del Coaching, el Mentoring, la Consultoría y la Formación”. Como Coach Ejecutivo, certificada por lCF, trabaja principalmente en desarrollo del talento, orientación de carrera profesional y emprendimiento, a través de programas especiales de construcción de Marca Personal: “Es el tema de mi tesis doctoral, sobre el que llevo varios años investigando e impartiendo conferencias, aportando una visión más humanista e integral”. Con Jane del Tronco, con Cristóbal Fernández y con Karim hablamos sobre qué características debería tener un buen líder.
Vamos hacia un nuevo liderazgo
El líder nos explica Jane, es uno más dentro de la compañía o del grupo de personas. El líder debe ser un generador de alto rendimiento. Un ‘estimulador’ del resto de personas con las que conseguirá los mejores resultados. Durante muchos años la función de reclutamiento se ha visto perjudicada y se ha despilfarrado talento. No se ha valorado y, por ello, mucho de éste ha emigrado. Los éxitos y los fracasos de los directivos se reflejan inmediatamente en la cuenta de resultados de sus empresas. Las habilidades se pueden adquirir mediante la formación adecuada. El problema llega cuando la persona se deja formar. Vemos un líder más emocional, que apuesta por el conocimiento, y que desarrolla nuevas competencias como pueda ser el coaching que incorpora en su día a día.
El líder del futuro está en proceso continuo de mejora
Si hablamos de Liderazgo en su desarrollo vemos que la parte fundamental son las personas. Los líderes, y a su vez las empresas, deben desarrollarlo dándoles votos de confianza y delegando en ellos, ayudándoles a desarrollar el potencial de líder que hay en ellos. Liderazgo es influir y dejar fluir. Y no podemos dejar de decir que un buen líder debe tener una base sólida de valores y principios. Un buen liderazgo es capaz de producir un cambio positivo en los equipos y en la compañía. Los buenos líderes son esos positivos que se convierten en una referencia para el resto.
