A día de hoy, son muchos los youtubers, instagramers o bloggers que utilizan su credibilidad en un tema en concreto y su capacidad de influencia para adentrarse en el mundo de la difusión de contenidos. Los conocidos como influencers hacen de su talento una verdadera vocación, pero se encuentran ante un camino lleno de trabas legales, donde deben conocer muy bien aspectos como los contratos, los derechos de imagen, las estrategias comerciales, las negociaciones o las reclamaciones. Es por eso que la abogada de Metricson especialista en propiedad intelectual y derecho digital, Carlota Corredoira ofrece una serie de consejos a tener en cuenta por los influencers.
- Protección de la marca y los derechos de imagen: “El mayor valor con el que cuenta un influencer durante toda su carrera digital son sus derechos de imagen”. Los usuarios de plataformas como Youtube deben tener en cuenta que “si alguien quiere utilizar su imagen, tendrá que contar con su consentimiento a través de un contrato y, en función de su poder de negociación, incluso tendrá que pagar por ello”. Asimismo ocurre con otros aspectos como la voz o el nombre del youtuber, ya que “la protección no debe quedarse en la imagen, sino que debe extenderse a cualquier marca, signo distintivo o incluso expresiones e imágenes que utilice”.
- Gestionar adecuadamente la reputación online: Los influencers suelen estar continuamente expuestos a la opinión pública, por lo que pueden verse involucrados a situaciones que se conviertan en un perjuicio de su reputación. “Lo cierto es que muchos de los ataques que reciben a través de la red los influencers caen dentro de la ilegalidad llegando a constituir auténticos delitos” explica Carlota Corredoira. En este sentido, es imprescindible recordar que, sólo por el hecho de ser una persona pública, “un influencer tendrá que soportar determinadas opiniones o expresiones que se consideren dentro del derecho a la libertad de expresión”.
- Derechos sobre los vídeos, textos o contenidos: Un blogger o youtuber debe ser consciente de que es autor de cualquier vídeo, imagen o texto creado por él. Por tanto, comenta Carlota Corredeira que “es quien decide qué se hace con ello, tanto si elige compartirlo libremente como si prefiere exprimirle el máximo rendimiento económico posible”. Es por eso que el influencer debe saber con exactitud “qué derechos sobre sus contenidos se están cediendo a las plataformas utilizadas” como Youtube, Blogspot, o Instagram, así como “qué derechos piden que se cedan cuando se sienta a negociar con otras empresas, agencias o productoras”.
- Lo que no es legal en la calle, tampoco lo es online: En ocasiones, Internet produce una sensación de impunidad, pero es necesario tener mucho cuidado de no delinquir y conocer bien los límites de lo que puede ser un delito y lo que no. No se debe incitar al odio o a la discriminación por motivos de género, circunstancias personales, etc. Hay que evitar aquellos contenidos en los que se ataque el honor, la intimidad o la imagen de las personas, aunque sea en tono humorístico. “El riesgo de recibir una denuncia por ello aumenta exponencialmente con el alto número de visitas” afirma la abogada de Metricson. Igualmente, deben respetarse los derechos de propiedad intelectual e industrial, por lo que es aconsejable “pedir un consentimiento siempre antes de utilizar música u obras de un tercero o acudir a un banco de imágenes o de música”.
- La privacidad, una eterna desconocida: aquellas personas que no son famosas no ven ningún inconveniente en publicar sus datos personales a través de la red. Sin embargo, es importante “ser previsor ante la rapidez con la que golpea el éxito en Internet y el influencer tiene que cuidar los datos que permiten identificarle en el mundo no virtual desde un inicio” señala Corredoira. De este modo, es primordial tener en cuenta que se deben respetar también los datos personales de otras personas, intentando no hacerlos públicos en vídeos o post sin contar con su consentimiento previo y por escrito para ello.
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