En el contexto del Día Internacional Sin Dietas, celebrado el 6 de mayo, el INC (International Nut and Dried Fruit Council) destaca la importancia de llevar una dieta sana y equilibrada a diario, controlar el peso y mantener un buen estado de salud. Se estima que, en 2010, a nivel mundial, entre 3 y 4 millones de muertes en adultos tuvieron su origen en la obesidad y el sobrepeso. La incidencia de la obesidad como problema de salud, además de tratarse de un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, ha motivado a lo largo de los últimos años distintos estudios acerca de la relación entre el consumo de frutos secos y la disminución en el riesgo de padecer obesidad y síndrome metabólico, un conjunto de múltiples factores de riesgo metabólicos probadamente vinculados a la diabetes y a las enfermedades cardiovasculares.
En 1998, un estudio continuo sobre alimentación llevado a cabo por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos comparó el índice de masa corporal de consumidores y no consumidores de frutos secos. Este estudio demostró que el índice de masa corporal entre los consumidores jóvenes y los adultos era menor. Igualmente, un estudio dirigido en 1999 por la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda determinó que existe una disminución sustancial y similar del riesgo de enfermedades cardiovasculares en individuos que consumen frutos secos más de 5 veces por semana. Concretamente, este estudio demostró que las personas, independientemente de su mayor o menor índice de masa corporal, que consumieron frutos secos de 4 a 5 veces por semana, comparadas con las que lo hicieron 1 o menos veces por semana, presentaban una reducción de entre un 30 y un 50 % del riesgo de padecer enfermedades coronarias.
El consumo de frutos secos también se ha asociado a una menor incidencia del síndrome metabólico, un conjunto de múltiples factores de riesgo metabólicos, tales como la obesidad, probadamente vinculados a la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. De hecho, la cohorte del SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) concluyó en 2012 que dos o más raciones de frutos secos por semana (frutos secos y cacahuetes) estaban asociadas a una menor incidencia del síndrome metabólico. Asimismo, en el estudio PREDIMED se observó un retroceso del síndrome con la dieta mediterránea suplementada con una mezcla de frutos secos.
En 2014, un estudio de Loma Linda (California) determinó que los consumidores habituales de frutos secos (16g/día) presentaban una menor prevalencia de obesidad y menores posibilidades de padecer síndrome metabólico. Específicamente, el estudio mostró que una ración semanal de frutos secos de 28 g estaba significativamente asociada con un 7% menos de incidencia del síndrome metabólico. Asimismo, en 2013, el estudio de intervención PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), basado en ensayos aleatorios con sujetos con alto riesgo cardiovascular, demostró que la dieta mediterránea enriquecida con frutos secos variados estaba asociada a una disminución relativa del 18% del riesgo de padecer diabetes y a una disminución relativa del 30% del riesgo de padecer problemas cardiovasculares graves.