Juan Luis Cebrián se despachaba ayer en Cadena SER con unas declaraciones que dejaba atónito a más de algún viejo directivo del sector de los medios. En el 40 Aniversario de El País el Presidente Ejecutivo de Prisa soltó su discurso institucional ante Pepa Bueno pontificando sobre el periodismo y respondiendo –a su manera- sobre los motivos de su demanda a El Confidencial, laSexta y eldiario.es. En prnoticias desmontamos a Cebrián y os contamos la historia de las guerras mediáticas de Prisa.
“No vamos a utilizar a los medios del grupo [PRISA] para abundar en este asunto. Nosotros nos debemos a nuestros lectores y a nuestros oyentes. Nosotros no podemos involucrar a nuestros lectores y oyentes en eso que se llamaban batallas o guerras mediáticas; nunca hemos participado de ellas. Además, creemos en la libertad de expresión y, por lo tanto, creemos que las opiniones deben ser libres etc. Pero no hay libertades absolutas ni derechos absolutos y creemos que la libertad de expresión no supone la libertad de difamación”, decía Cebrián respecto de la demanda contra estos tres medios de Comunicación ayer en Cadena SER.
¿Prisa nunca ha participado en guerras mediáticas? La afirmación cae por su propio peso y se desmonta con una pequeña visita a esa “maldita hemeroteca” que suele condenar las mentiras que muchas veces se dicen de manera pública ante periodistas que no tienen ni el más mínimo interés de contrastar estas informaciones. Quizás Pepa Bueno no esté al corriente porque las mayores guerras de Prisa precisamente se han vivido con ella todavía en Televisión Española, pero lo cierto es que el sello distintivo de Prisa y Cebrián en sus más de 40 años de historia es el participar en todas las guerras mediáticas posibles para asegurarse su poder y su influencia en las instituciones.
Primera guerra del fútbol de Cebrián contra Antena 3 y Zeta
Basta con remontarse al año 1996, al inicio de la primera legislatura de José María Aznar (PP), cuando se produjo la llamada primera guerra del fútbol de Prisa. En ella se estableció una dura pugna entre los por entonces principales magnates de la Comunicación Jesús Polanco (Canal+/Grupo Prisa) y Antonio Asensio (Antena 3 TV/Grupo Zeta) -los dos en la foto- que lucharon por los contratos de imagen de los clubes y la retransmisión de los partidos de fútbol de la Liga Española. Zeta compró los derechos para su cadena Antena 3 TV y la disputa terminó en tribunales. Como no podía ser de otra manera, el tiempo que duró la guerra Prisa utilizó todos su artillería mediática con informaciones publicadas en El País y la Cadena SER, desprestigiando a Asensio, a sus empresas, a sus medios de Comunicación y a los clubes que vendieron sus derechos al competidor. Con el paso de los años se comprobó que muchas de estas informaciones no tenían más interés que ganar enteros en la batalla legal.
El imperio del monopolio ya había atacado años antes para desbancar a José María García del liderazgo de las audiencias. En 1992 y meses después de que Antena 3 Radio desplazase por primera vez del liderazgo global de la Radio a Cadena SER, Polanco y Prisa compraban la cadena para cerrarla y transformar sus emisoras en postes repetidores. Se materializaba el antenicidio, envuelto en una campaña de acoso mediático –en la que participó la SER y El País– sin precedentes contra Supergarcía. Pero la guerra no terminaba ahí. En abril de 1995 José Ramón de la Morena lograba destronar a García –que se había marchado a COPE tras el antenicidio– de su posición de líder indiscutido de las noches radiofónicas durante 20 años. Lo hacían también tras una campaña de descrédito mutua en la que los medios de Prisa jugaron un papel fundamental.
La segunda guerra del fútbol de Cebrián y Prisa contra Mediapro
En 2007 comenzó a vivirse la segunda guerra del fútbol esta vez de Prisa contra Mediapro. Ese año el grupo de Jaume Roures sorprendía al mercado comprando los derechos del Real Madrid y del FC Barcelona por 1.000 millones de euros cada uno. Prisa, que a través de Audiovisual Sport era la propietaria de los derechos del fútbol hasta entonces, activó nuevamente toda su artillería mediática para desestabilizar a Roures y a su productora. Comunicados cruzados, reportajes de dudosa credibilidad en El País y coberturas teledirigidas desde la SER terminaron en los tribunales con demandas que terminaron de resolverse hace poco menos de un año.
De hecho, el último coletazo de la segunda guerra del fútbol y del uso de los medios de Prisa al servicio de los intereses de la compañía se vivió hace exactamente un año cuando El País publicó en su portada una información que decía que Roures tenía una serie de cuentas en paraísos fiscales. Roures demandó e invitó al diario a aportar las pruebas pertinentes que todavía no se han revelado. El caso está en los tribunales y lo más sorprendente es que en las primeras comparecencias el director de El País Antonio Caño descargó toda la responsabilidad de la elaboración de la noticia en la redactora del artículo.
¿Prisa nunca ha participado en guerras mediáticas señor Cebrián? “Desde que tuvimos éxito hemos tenido que sufrir algunos ataques absolutamente injustificados y completamente falsarios. Últimamente nos han querido involucrar… me han querido involucrar con los Papeles de Panamá y con no sé qué otras historias cuando yo no estoy ahí para nada. Sobre todo, creo que ha habido una campaña de difamación de ciertos sectores, de las más pequeñas que hemos padecido en los 40 años”, dijo ayer Cebrián en la SER a lo que agregó: “nos montaron el famoso caso Sogecable, acusándonos de robar los depósitos de los descodificadores de CANAL+. Este caso acabó con la expulsión de la carrera del juez de instrucción Gómez de Liaño que fue declarado un juez delincuente después de que nos persiguió, no solo a Jesús de Polanco y a mí (éramos los principales perseguidos), sino a todo el Consejo de Administración”.
Parece que la memoria de Cebrián solo funciona en el sentido de los hechos que le han perjudicado y no del lado en que se debe reconocer que sus acciones no han sido del todo transparentes ni menos objetivas. Al parecer el Presidente Ejecutivo de Prisa sufrió ayer un leve episodio amnésico en Cadena SER olvidando por completo su participación, la de Prisa y la de sus medios en las guerras mediáticas que han remecido el sector en los últimos 20 años. Felizmente todavía tenemos esa maldita hemeroteca.
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