En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

Romano Van der Dussen (Salvados): “No podía declararme culpable porque sería un violador el resto de mi vida”

Jordi Évole exploraba en este Salvados el caso de Romano Van Der Dussen, el preso holandés condenado a 15 años de cárcel por tres violaciones, declarado inocente al cumplir doce años de la condena. Romano confesaba a Évole que se siente inseguro porque no controla bien las emociones tras su exculpación parcial “Antes era una persona alegre y ahora siempre estoy triste. Siempre tengo mala suerte”. Romano quiso venirse a España para mejorar su vida con un cambio radical, pero el destino quiso que le detuvieran a raíz de la violación de tres chicas. Romano asegura que facilitó a la policia los nombres y teléfonos de los testigos que podían asegurar que el se encontraba en una fiesta, pero que estos nunca fueron interrogados. Así, confesaba a Évole cómo empezó su calvario, recibiendo en los calabozos esposado, su primera paliza.

Romano, que tenía antecedentes policiales, le confesaba a Évole en Salvados que era consciente de que su pasado no le había beneficiado. “Yo no soy un santo, pero no soy un violador. Me han destrozado la vida. Soy sincero, no estoy escondiendo nada. Ellos necesitaban encontrar a un culpable, un cabeza de turco”. En la cárcel, tras recibir una paliza amenazado de muerte por los demás presos debido a su supuesta condición de violador, pasó a aislamiento. Fueron catorce meses según cuenta Romano, 23 horas encerrado y una en el patio. “Los abogados me dijeron que saldría en el juicio y estaba tranquilo. Pidieron veinte años y me ofrecieron siete para que me declarase culpable desde la Fiscalía. Yo no firmé por algo que no había hecho. Pensé que era una buena decisión porque no había pruebas. El juicio fue un teatro, un show”, apuntaba.

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A pesar de que las huellas y el adn no coincidían, Romano era condenado a 15 años de cárcel. Como la periodista Mónica Cebeiro apuntaba en Salvados, la sentencia se basó únicamente en los testimonios de las víctimas y su memoria. “Catorce años que te quedan es un tiempo muy elevado para soportarlo. Pensé en suicidarme, menos mal que no lo he hecho. El mundo se cae encima. Cuando no aceptas los hechos delictivos, no te puede acoger a los beneficios penitenciarios. Me ofrecieron participar en cursos para violadores. Cuando tú no participas, no estás listo para integrarte en la sociedad. Yo soy inocente y no podía declararme culpable porque sería un violador el resto de mi vida” confesaba Romano a Évole.

La madre de Romano siempre creyó en su inocencia: “Mi madre fue violada cuando tenía 14 años y he vivido con el sufrimiento de ella. Por eso, en mi vida no podría hacer eso. Mi madre sabía que era imposible que lo hubiese hecho. Pedí a la directora de la cárcel una vídeo conferencia con mi madre y no me pude despedir de ella cuando falleció por no haber firmado. Me quedo en la cárcel hasta que se limpie mi nombre. Es triste porque ahora ya no tengo madre. Esta gente te sigue tratando como un depredador sexual, son cosas inhumanas”, decía Romano en Salvados.

El abogado de Romano, Silverio García, explica a Évole en Salvados la larga cadena de errores que dejó a Romano seis años más en la cárcel tras el descubrimiento de la coincidencia en el adn encontrado con Mark Dixie, condenado por asesinato en Reino Unido. En el año 2010 ya habían pasado cuatro años desde que se conocía el dato en Interpol. “Para mí fue un regalo de dios”, afirmaba Romano. Su abogado apunta que han sido en total nueve años de trámites judiciales para poder utilizar una prueba de adn que le iba a exculpar. Culpado todavía de dos de las agresiones, Romano ya habría cumplido la pena total por las tres “He perdido mi vida, es tiempo que no se devuelve” manifestaba.

 

 

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