Los directivos sanitarios son valiosos agentes para el buen funcionamiento del sistema sanitario. Sin embargo, hoy en día sus responsabilidades ya no solo pasan por “planificar, organizar, controlar y evaluar”. Para generar reconocimiento hacia sus centros sanitarios, dar ejemplo de transparencia, demostrar tener compromisos reales con valores como la calidad en la atención sanitaria o tener una visión de la sanidad más amplia y crítica, se ha convertido en un ingrediente fundamental el hecho de impulsar iniciativas innovadoras y participar en proyectos de eSalud. Uno de los directivos que más años lleva reclamando este cambio en el perfil del sector es Carlos Alberto Arenas.
“Yo soy partidario de que los directivos de salud debemos conocer más de cerca el mundo de la tecnología y saber manejarnos en él”, indica el Gerente del Área IX Vega Alta del Segura en Servicio Murciano de Salud y activo miembro de la Sociedad Española de Directivos de la Salud. Este experto lamenta que, “hasta hace poco, los directivos de salud que utilizábamos Twitter, éramos bichos raros”; sin embargo, aplaude que estos prejuicios hayan cambiado: “Ahora, con el tema de la transparencia, incluso se recomienda a los directivos que tengan Twitter”.
En una entrevista emitida en Digitalmente Saludable con la colaboración de Sanofi, este experto reconoce que las herramientas digitales son un excelente aliado para que los directivos de salud puedan maximizar el uso de los recursos del Sistema Nacional de Salud, una responsabilidad inherente a su cargo. “Nosotros debemos tener una visión amplia con respecto a toda la planificación y gestión de los recursos y, puesto que los recursos son limitados, priorizar las acciones que se llevan a cabo desde los centros sanitarios para ganar más salud y satisfacción del usuario, como la comodidad o la calidad”. Así describe las funciones de los directivos sanitarios.
Las herramientas digitales, ¿un arma contra nombramientos a dedo?
Carlos Alberto Arenas advierte que “las redes sociales son una parte más y cada vez más importante de la reputación de una institución”. Tienen, por ejemplo, una gran capacidad de influencia en lo que respecta a nombramientos controvertidos: “Cuando se nombra a un directivo polémico, a través de Twitter se genera cierto revuelo”.
Precisamente evitar estos revuelos es una de las batallas por las que la Sociedad Española de Directivos de la Salud lleva años peleando. Y es que, tal y como explica Carlos Alberto Arenas, en España, “tenemos un problema: la separación entre la gestión sanitario y la política es muy leve”. “La mayoría de los centros sanitarios son de gestión pública y cuando hay un cambio político, los nombramientos de sus directivos tienden a ser muy políticos. El nuevo Gobierno cesa a los anteriores y nombra a gente de su confianza y signo político”, detalla.
Esto no ocurre en ningún otro país de Europa. “Nosotros pensamos que debemos acceder en función a nuestros méritos, es decir, con convocatorias públicas en las que se presente un proyecto y un tribunal lo evalúe. También deben ser cesados en función de que no cumplan objetivos. Que sus resultados sean evaluados años tras años en base a criterios objetivos y no por afinidad”, reclama Carlos Alberto Arenas.
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