Con el objetivo de contar grandes historias desde un punto de vista diferente nació la edición española deVanity Fair. Un proyecto liderado por Lourdes Garzón, que ha querido diferenciarse del resto de publicaciones ofreciendo reportajes de actualidad “con una línea editorial bastante valiente y logrando una independencia” que ya se ha convertido en su sello de identidad. Desde hace más de un año, la periodista compagina su trabajo en la revista en España con el cargo de Directora Editorial de Vanity Fair México donde continúan desarrollando una de sus principales cualidades: “tener un punto de vista diferente sobre la realidad”.
Aunque en un principio, el contenido local iba a ser menor, “el mercado mexicano demandaba una revista más pegada a su realidad” indica Lourdes Garzón. “Ahora estamos produciendo la mayor parte de las portadas de Vanity Fair México, un 30% de contenido mínimo local y el resto lo compartimos con la edición española y las demás publicaciones internacionales”. También comparten un target compuesto por un lector mixto, “aunque las mujeres superan a los hombres al ser más consumidoras de revistas”. El público, tanto de la edición española y como la mexicana suele tener “un altísimo nivel sociocultural y económico”, además de ser un lector habitual de prensa internacional, viajero, curioso… “Lo que le convierte en muy interesante para nuestros anunciantes”.
La fórmula del éxito para Lourdes Garzón
La adaptación de una revista mensual de alta gama como Vanity Fair al mercado español y mexicano no ha sido un trabajo fácil. “Yo tenía una obsesión desde el primer momento que era ser relevantes” nos explica Lourdes Garzón. “Quería que nuestras historias tuvieran interés para el lector, se convirtieran en noticia en otros medios y que también fueran los reportajes de los que todo el mundo hablase”. Una fórmula que han utilizado en el número que conmemoraba el primer aniversario de Vanity Fair México, protagonizada por la presentadora y empresaria mexicana Montserrat Oliver, que por primera vez aparecía en un medio con su novia. “Quisimos hacer una portada en la que hablásemos de nuestra independencia, de nuestro atrevimiento y de por qué en nuestra cabecera aparecen historias y personajes que no lo hacen en otros medios”.
Cuando Lourdes Garzón echa la mirada atrás, se da cuenta que en estos años “ha cambiado la forma en la que las publicaciones damos a conocer nuestros contenidos”, pero hay un punto de partida que sigue siendo el mismo: “para llegar al lector tienes que tener una buena historia”. En Vanity Fair “movemos mucho los contenidos en redes sociales, siendo en España más fuertes en Twitter, mientras que en México lo somos en Instagram”. Y en este sentido, el lanzamiento de la edición mexicana tuvo una voluntad digital, “poniendo en marcha una página web que ha sido muy potente desde el minuto uno y queríamos que los contenidos digitales fueran también muy importantes”. Una apuesta que les ha llevado “a ser diferentes e intentar ser mejores, con todo el respeto al mercado y a la competencia”.
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