Este fin de semana A Summer Story convierte a Arganda en “La Ciudad del Rock” por la que pasarán 50.000 personas que verán a los artistas, y a las marcas que allí se anuncien. Los patrocinadores oficiales son Burn y Coca Cola, los dos por igual, aunque Burn, como es lógico, está más interesado por tipo del target que se reúne en esas fechas y que encaja con su cultura de marca, si bien Coca-Coca tiene un target más amplio.
Este año los patrocinadores han aportado un 25% del presupuesto y los organizadores esperan llegar al 40% el año que viene. Las actividades que han desarrollado los patrocinadores en el caso de Burn, ha sido adquirir un paquete importante de entradas que regalan a sus mejores clientes, y ambos han realizado la customización de zonas prefentes.
Además cuentan con otros colaboradores como las gafas D. Franklin, Heineken, Desperados o Ballantines que tendrán presencia y exclusividad en suministros del festival. Lo recaudado en hostelería y taquilla representa el 75% del presupuesto y en marketing han destinado un 28%, donde la mitad de ese dinero se ha dedicado a acciones online. También han repartido flyers a los asistentes a otros festivales parecidos que se han celebrado para presentarles la ciudad del rock.
Se muestran orgullosos con el trabajo realizado en redes sociales ya que han logrado ser Trending Topic en twitter en 6 ocasiones. En redes tienen un poder de alcance que superó en el after movie del año pasado el millón y medio de visitas. Como anécdota los organizadores cuentan que Dead Mouse ha sido la contratación más difícil de su vida, ya que hablamos de un artista que tiene miles de peticiones al año y solo realiza unos 20 eventos.
Para llegar al target se ha hecho una campaña dedicada a los universitarios, una pegada de 25.000 carteles y presencia en medios especializados en música y medios generalistas. Un 40% de los asistentes proceden de fuera de Madrid y un 10% de fuera de España. Han estado cerca de poner un tobogán gigante y un espacio de camping para multiplicar aún más sus visitantes –que este año han crecido desde los 27.000 del año pasado- pero se han mostrado cautelosos en un momento de incertidumbre electoral e ir a lo seguro en lo referente a la aprobación del proyecto. Sin embargo, los organizadores consideran que en la próxima edición tendrá todavía estrategias más arriesgadas.
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