OurMine la ha tomado con los principales exponentes de las empresas relacionadas con Internet. Primero (como bien os contamos), se adueñó de las cuentas de Twitter, Pinterest y Facebook. Tras él, llegó (la pasada semana) Dick Costolo, al que le birlaron su perfil en la primera, retándole a contactar con ellos para poder recuperarla. Y como no podía ser menos, este grupo de “hackers” ha tomado como presa a otra personalidad del sector: Se trata Sundar Pichai, CEO de Google. Como bien informan, y reflejan en The Next Web, se adueñaron (la pasada madrugada) de su cuenta de Twitter (de 500.000 seguidores) y la de Quora.
Actualmente, ya están restablecidas. Esto no elimina la duda que nos asalta a todos… ¿Qué es lo que realmente busca OurMine con tanto ataque? Existen varias especulaciones al respecto. En primer lugar, la notoriedad. De ahí que vulneren las cuentas de tan selecto grupo de personas. En segundo, y esto lleva su propia firma, quieren concienciar a los usuarios de la importancia de la seguridad en sus plataformas online (de hecho abogan, en el caso de Pichai, que sólo estaban testeándola). En tercero, y es que de momento sólo se rumorea, se cree que en base a la anterior, quieren crear una empresa de seguridad especializada en los errores que ellos mismos están provocando. En resumen, es una manera de hacerse hueco en un mercado ampliamente copado.
Comienzos poco alentadores
Sea como fuere, OurMine no arrancó su actividad con el CEO de Facebook. Ni mucho menos. Escuchamos su nombre por primera vez en 2015 (julio para ser más precisos), cuando un ataque DDoS en el que se robaron 500.000 dólares de ciertas entidades financieras hizo saltar las alarmas (aunque se quedó simplemente en eso). Su objetivo era dárselo a los pobres. Eran unos Robin Hood digitales.
Unos meses después, entraron en los servidores de MineCraft (hecho que no todos recordaréis ya que no tuvo mucha repercusión a nivel informativo). Por si fuera poco, y tras varios intentos sin éxito, volvieron a golpear en hueso con su ataque a los servidores de WikiLeaks. De hecho, recibieron las críticas de aquellos que eran sus compañeros de andanzas: los hackers. Anonymous les calificó como: “Un grupillo intentando ganar notoriedad”. Su movimiento no salió como esperaban.
Youtube fue su primer paso hacia el éxito
Con todo, OurMine necesitaba un golpe de efecto que les rescatase del hoyo en el que se habían metido ellos solitos. Y quien mejor para darse a conocer, y recuperar a la vez su estatus, que un famoso. Así, en enero de este mismo año, se adentraron en la cuenta de un conocido Youtuber, Markiplier, simplemente para añadir, entre los vídeos de éste, uno con su logotipo y una canción electrónica de fondo. ¿Su público potencial? Los 13 millones de suscriptores con los que contaba el afectado. Esta acción sí que les funcionó, por lo que la repitieron con Yamimash y DramaAlert. También se adentraron en las cuentas de administradores y desarrolladores de Minecraft (esta vez sí les sirvió de algo). Todo en busca de fama.
Lo último de OurMine ya lo conocemos: el dadada de Facebook, el reto de Costolo y la “precaución” con Sundar Pichai. ¿Cómo dieron con ellos, sobre todo con los primeros? Hay varias teorías (como los datos de Linkedin) pero, como buenos expertos, no revelan sus trucos. O eso es lo que intentan y no siempre consiguen ya que, a través de Twitter (y fruto de la fama adquirida) terminan por mostrar la mayor parte de sus golpes. Esa que, por cierto, ha ayudado a otros “compañeros” como AlexPro a recabar datos concretos sobre ellos como que, a veces, operan desde una IP en Arabia Saudí. Sea como fuere, la fama ya es suya. Sea como fuere, han obtenido el objetivo que buscaban. Ya nadie les ignora. ¿Tendrás más celebridades en su lista? Si son insaciables, como parece, seguro que sí.
Seguiremos Informando…
