Son varios los farmacéuticos que llevan años denunciando ante las autoridades competentes y ante sus máximos representantes colegiales las presuntas ilegalidades que cometen los tres socios de la cadena de farmacias Trébol –José Luis Granda, Esther Murias y Fernando Vélez- desde las 24 farmacias que el Grupo gestiona en Madrid y Castilla-La Mancha. Los delitos comprenderían desde falsificación de firmas y fraude a la Seguridad Social hasta tráfico ilegal de medicamentos, lo que supone un grave atentado contra la salud pública, ya que muchas farmacias quedan desabastecidas. Sin embargo, esta circunstancia no ha sido suficiente para que el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid o el mismísimo Ministerio de Sanidad intervengan. Hasta ahora.
Las noticias publicadas por prnoticias.com en la sección “El trébol de la suerte” han hecho saltar todas las alarmas en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). A través de un comunicado remitido esta misma semana a una profesional farmacéutica que lleva desde el año 2012 inmersa en batallas judiciales contra Farmacias Trébol SL, la directora de la AEMPS, Belén Crespo, indica que ha solicitado a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y al Ministerio de Sanidad que cursen oficio contra Trébol en las dos causas penales abiertas por presunto tráfico de medicamentos.
“[…] además de cursar oficio a la Comunidad de Madrid solicitando la investigación de los hechos por motivo de su competencia, hemos remitido con fecha 22 de junio de 2016 oficio a la Abogacía del Estado del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad solicitando su personación en representación de la Agencia en las Diligencias Previas 5008/2012 que se siguen en el Juzgado de Instrucción nº6 de Madrid y en las Diligencias Previas 1764/2014 que se siguen en el Juzgado de Instrucción nº46 de Madrid”.
El comienzo de una batalla judicial por tráfico ilegal de medicamentos
La batalla judicial de la farmacéutica Ana María Domínguez contra los supuestos cabecillas de esta trama de tráfico de medicamentos comenzó en el año 2012 con una denuncia ante el Juzgado nº6 de Madrid. El diario digital OKDIARIO se hacía eco en un artículo, publicado en noviembre de 2015, en el que informaba de la imputación de diez personas de la familia Granda, de la asombrosa pasividad del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, que ni siquiera se había dignado a abrir un expediente sancionador contra los socios de Trébol, y de las palabras con las que Trébol defendía su inocencia.
En dicho artículo, José Luis Granda admitía que el procedimiento judicial estaba en marcha y que se habían producido registros policiales en los almacenes del Grupo. Calificaba la cuestión de “venganza personal” y lo achacaba a un conflicto respecto a la propiedad de la farmacia que regenta la denunciante. “Fuentes de Trébol indican que existe ‘una persecución por medio del chantaje’ de la supuesta afectada para ‘quedarse con una farmacia que no es 100% suya’, ya que la mitad del capital es de una ex directiva de Trébol, a la que ahora ‘no se le permite entrar en la farmacia’”, recogía OKDIARIO.
No fue hasta diciembre de 2015 cuando se presentó la denuncia pertinente en el registro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. En dicho documento, Ana María Domínguez advierte de todas las presuntas ilegalidades de las que ha sido testigo desde que, a finales del año 2010, se convirtiera en farmacéutica co-titular de una de las farmacias gestionadas por el Grupo Trébol. Entre estas infracciones destaca la distribución de los pedidos desde un almacén de Trébol sin tener licencia de distribuidor o la realización de pedidos de medicamentos a laboratorios realizados mediante acceso remoto a los equipos informáticos de las diferentes farmacias y su posterior borrado.
Todos los detalles del modus operandi de Trébol, contados por su informático
Estos últimos hechos que declara Ana María Domínguez podrían relacionarse con el testimonio que dejó reflejado el informático de Trébol en la demanda por extinción de relación laboral que interpuso contra Trébol en octubre de 2012. Enrique Barral Carro subraya: “El Director General nos ha comentado que en el último año, colectiva o simultáneamente, a las tres personas del departamento de informática, que para implementar la eficacia del sistema se iba a probar el borrado de líneas de ingreso o ventas de la contabilidad de cada una de las farmacias asociadas”.
“Lo que significa que, amén de un presunto delito fiscal en concurso con un presunto delito de falsedad en documento mercantil, respecto de los cuales también se está preparando la correlativa querella criminal, los balances trimestrales y las cuentas anuales no reflejan en absoluto la imagen fiel de la realidad de la empresa”, continúa el informático que fue despedido el 19 de septiembre de 2012.
En su demanda desvela el modus operandi del Grupo. “Ya que, como mercantil, no puede comprar directamente a los laboratorios, por no tener licencia de farmacia, es el titular de una de las farmacias asociadas a la mercantil quien hace los pedidos en un volumen que sirva para abastecer a todas las oficinas de farmacias asociadas a Trébol, a un precio más competitivo por ser más barato si se compran medicamentos en mayores cantidades. Y puesto que la venta de la farmacia inicial a cada una de las farmacias asociadas tampoco es legal, por carecer de licencia de distribución, es la mercantil, Farmacias Trébol SL la que vende, igualmente sin licencia, a cada una de las farmacias asociadas. Los productos farmacéuticos así distribuidos, que son sólo una parte de los que adquieren cada una de las farmacias asociadas, dan lugar a un tráfico ilegal y a una contabilidad paralela, en negro, que es la que sirve luego para hacer pagos en metálico y fuera de nómina a los empleados”.
El “picking”, un almacén para recibir y entregar los medicamentos
En sucesivos correos electrónicos enviados por Esther Murias y Fernando Vélez, se habla del “picking”. Ellos mismos confiesan que se trata de un almacén de medicamentos en el que se reciben los pedidos que se realizan desde once de las veinticuatro farmacias del Grupo: Retiro, Pirámides, Mediterráneo, Guadalajara, Velázquez, Monforte, España, Betanzos, Delicias y Eloy. Y se ubica en la planta baja de la farmacia que Trébol gestiona en la Avenida de Betanzos, 61. La farmacéutica titular de esta oficina de farmacia es, nada más y nada menos, que Esther Murias.
En un email posterior, del 3 de enero de 2011, Esther Murias describe el modo en el que se hará el pedido de los medicamentos y su recogida en las farmacias de Fredy y Luis, los transportistas del almacén ilegal de Trébol.
Las facturas de CINFA que ponen contra las cuerdas a Farmacias Trébol
Fue en mayo de 2016 cuando Ana María Domínguez amplió la documentación presentada ante la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Aportó las pruebas que evidencian la implicación de Trébol en este presunto delito de tráfico de medicamentos: comprometedores correos electrónicos que ponen al descubierto los tejemanejes de la plana mayor de Farmacias Trébol y facturas detalladas de los pedidos de medicamentos realizados a laboratorios Cinfa, Kern-Pharma, Normon y Uriach que fueron borrados de los equipos informáticos de la farmacia y que nunca llegaron al establecimiento.
La farmacéutica Ana María Domínguez se percató del asunto el pasado 5 de abril de 2016 cuando, en respuesta a un pedido que había realizado desde el ordenador de su farmacia, recibió un correo del Delegado de Ventas de Laboratorios Cinfa en Madrid en el que le solicitaba que le confirmara la dirección de envío a la que debían ser enviados los productos: ¿En la farmacia ubicada en la calle Alcalá 98 o en el edificio ubicado en Avenida de Betanzos 61? Sorprendida por este hecho, la farmacéutica solicitó las facturas de los medicamentos que, desde Cinfa, hubieran sido entregados en la Avenida de Betanzos, 61, el lugar en el que Farmacias Trébol tiene su “picking”.
En dichas facturas, de las que no consta ningún cargo en las cuentas de la farmacia ni pedidos en todo 2011 desde los ordenadores de este establecimiento, se puede observar que los pedidos se hacían a nombre de la farmacia ubicada en la calle Alcalá 98 de Madrid, pero en la parte inferior de la factura se indica como dirección de envío la farmacia de Avenida de Betanzos o Alliance Healthcare. Pero además, llama la atención de que la mayoría de medicamentos que aparecen son psicótropos. En cuanto a la dirección de correo electrónico de contacto, aparece la de Beatriz Padilla, responsable de compras de Farmacias Trébol S.L.
Otras facturas irregulares enviadas por laboratorios españoles
Las irregularidades que advirtió Ana María Domínguez en las facturas solicitadas a Cinfa se repiten en los documentos que la farmacéutica requirió en otras compañías farmacéuticas. Así, en las enviadas por Laboratorios Normon, Esteve o Uriach aparecen las mismas anomalías: facturas que son cargadas a la cuenta de la farmacia, pero entregadas en Alliance Healthcare-G.Trébol. En los archivos que hicieron llegar desde Laboratorios Kern Pharma aparecen nuevas direcciones en las que los pedidos de psicótropos han sido servidos, como Calle Velázquez 30 o Farmacen S.A. No obstante, el importe sí aparece cargado en la cuenta de la farmacia. Lo mismo ocurre con los medicamentos solicitados a Laboratorios Stada. En las facturas se hace constar que el destinatario de las mercancías fue el almacén de ALLIANCE-MÓSTOLES.
Según la legislación vigente, los medicamentos pedidos a nombre de la farmacia sólo pueden entregarse en la farmacia y en ningún sitio más. Y en caso de que el laboratorio enviase los medicamentos al distribuidor, como son algunos de los casos, tiene que facturárselos al distribuidor, y éste a la farmacia que los solicite.
Seguiremos informando…