Hermano Mayor estrena nueva temporada el próximo viernes 15 de julio a las 22.30, y lo hace, por segunda vez, de la mano de Jero García, que debutó el pasado mes de noviembre con este formato sustituyendo a Pedro García Aguado. Esta semana, el boxeador y coach repite como conductor de uno de los formatos estrella de Cuatro. Desde prnoticias hemos hablado con él y esto es lo que nos ha contado.
¿Cómo te has visto en esta segunda etapa de Hermano Mayor?
Lógicamente me siento mucho más cómodo con todo el equipo engranado. Ahora estoy disfrutando de ayudar a estas familias. He podido aplicar un poquito más todas las herramientas que tengo de la experiencia de 20 años de trabajar con chavales. Realmente ya se pueden aplicar de otra manera, y sobre todo que el equipo –que es muy importante y parte fundamental- de 12 personas que vamos a los rodajes, aunamos fuerzas para lo mismo. Todos aunamos fuerzas, Jero García y Bárbara Tovar sólo somos una punta de lanza, pero hay un equipo maravilloso detrás que empuja y que vamos todos a una.
¿Qué es lo más llamativo que te has encontrado en tu segunda temporada de Hermano Mayor?
Hay varios casos que creo que os van a sorprender y a la vez os emocionará. Tenemos un caso que cada vez está un poco más extendido. Son chavales que están completamente fuera de la realidad, que se creen cosas que ven por la tele o a través del ordenador. Esto cada vez está más de moda, y yo también lo veo en la fundación, cada día. En este caso es un caso de un chico de 19 años que os va a sorprender.Además, tendremos otro caso que normalmente no lo acogemos, pero en este caso pedía ayuda a gritos. Es un chico de 25 años que había que ayudarlo, porque tenía problemas familiares y tuve que ir. Este será uno de los casos más emotivos de la temporada.
Tras tratar varios casos, ¿te has acostumbrado o siguen sorprendiéndote las reacciones de los chicos?
Piensa que yo llevo 15 años trabajando con fundaciones, diez años con la mía en el gimnasio. He visto casos brutales. Los casos realmente no llegan a sorprenderme cuando hablamos de generalidades. Sin embargo, sí me sorprenden a nivel individual. Todo caso es distinto y todo caso tiende a sorprenderte, nunca sabes por dónde van a salir, y es lo maravilloso de este programa.
Tengo un equipo detrás que según va funcionando el caso y la terapia vamos cambiando. Esta es una de las novedades de esta temporada de Hermano Mayor: quiero acercar los entresijos del programa a la audiencia. En un determinado momento, Bárbara Tovar y yo cambiamos la terapia porque vemos que no funciona como queremos, o ver cómo funciona la terapia en los padres, que este año tendrán algo más de protagonismo y veremos más cómo lo viven ellos. La idea es ver y acercar a esa familia que está padeciendo esa terapia, cómo les afecta. ¿Por qué, porque simplemente es una forma de ejemplarizar a las posibles familias que estén viéndolo a través de la pequeña pantalla a nivel de producción.
¿Qué balance haces de la experiencia que tuviste con la octava temporada de Hermano Mayor?
Para mí es una experiencia maravillosa. Los periodistas y la gente de la calle me lo pregunta muy a menudo, que con qué me quedo. Me quedo con ellos, con mis niños; siempre.
¿Y de las audiencias?, estás pendiente de ellas o no te preocupan?
De audiencias no entiendo. Cuando hablo con gente del medio televisivo no se lo creen. No tengo tiempo ni quiero entender. De lo que quiero entender es de ayudar a esas familias y conseguir en cada caso esa conciliación familiar.
En la presentación de Hermano Mayor, nos contaste que uno de tus mayores miedos era fallar a los chicos, sigues pensando lo mismo?
Yo necesito ese miedo, lo necesito como ciclo vital. Necesito estar alerta y dar el 200% de mí.
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