Querida Inés:
He leído tu artículo en El País y acabo de tener la visión de una amazona que cabalga a lomos de un unicornio azul desbocado. Hasta Santa Bárbara (California) llega tu perfume de mujer, mujer. Lástima que estés perdiendo el tiempo entre títeres y titiriteros de cartón piedra, cuando lo tuyo sería atravesar el corazón del dragón con la lanza afilada de tu discurso. Estás para competiciones de otro nivel muy superior a la liga regional. Tú no perteneces a ese submundo de idiotas, mentirosos y fulleros al que pertenece el tío ese de Badalona que, teniendo su dueño un acuerdo tácito de no agresión con los secesionistas de derechas, se viste de indignado. Un político de tercera que no pasa de ser un vendedor de calzoncillos de imitación con tenderete a la puerta del Parlament donde vocifera para salir en la tele. Ni mucho menos eres como ese otro obeso abrazafarolas del Llobregat que torpemente pretende mantener el equilibrio sobre una goma que él mismo sostiene de un extremo y su jefe Sánchez del otro, resultando todo un espectáculo de imbecilidad manifiesta. Pues, siendo responsables directos de la situación, así es como pretenden hacer ver un cuadro de normalidad intentando pintar en el aire con el pincel de su hipocresía.
Lo único que me preocupa de tu alarma es la misma inocencia que la causa. ¡Oh baby! Eres un honeybear, un caramelo de goma que ve culebras donde únicamente hay serpentinas. Ellos, pregunta a tu pareja, jamás de los jamases llevarán a cabo sus tan cacareadas intenciones mientras se les continúe subvencionando. Todo son fuegos artificiales y lo más que puede pasar es que les estalle un petardo de indecencia en la mano, o que la virgen de Montserrat se ponga blanca cuando la restauren. Allí es donde acabará todo, en una peregrinación de exhibicionismo garrulo donde la CUP lanzará su discurso joseantoniano: “Cataluña es una unidad de destino en lo universal”. Y dos estandartes uno con la bandera de Puerto Rico y el otro con la de Cuba encerradas en un circulo exhibirán los lemas “Espanya ens roba” y “Mes que un club”.
Y aunque nunca te votaría, porque soy alérgico a esa democracia corrompida desde su más tierna infancia, te admiro y te considero la única conciencia irreprochable de toda esa caterva de golfos que te rodea.
Rendidamente tuyo.
Antonio de La Española
